jueves, 20 de octubre de 2011

RETORNANDO AL PARAISO CAPITULO 18

GASTON:


los hombros de rocio están caídos. Ella deja de sonreír tan pronto como Eugenia aparece. Sé que las cosas están tensas entre Eugenia y rocio en este momento, pero siempre y cuando yo estuviera en Paradise, no puedo ignorar a nico. Y donde nico está, Eugenia también está.
Simplemente no esperaba que eugenia viniera sola.
—¿Dónde está nico? —le pregunté.
—Rompimos anoche. La boda se ha cancelado.
—El infierno que lo está —dice nico, apareciendo en la distancia. Está caminando en una línea torcida, como si estuviera en algo.
—Vete —le dice eugenia.
—No —nico dice arrastrando las palabras. La alcanza—. Tú eres mi pareja.
eugenia se aleja del alcance de los brazos de Brian.
—Ya no.
—¿Podríamos comenzar ya el juego y dejar de pelear? —dice Julio.
Cuando Julio habla, la gente escucha. Incluso Eugenia y nico, quienes se ignoran mutuamente aunque son pareja en el juego.
Comenzamos a lanzar nuestros discos hacia las cestas. Al principio rocio es terrible. Su disco vuela cerca de diez pies delante de ella, y ella ni siquiera está usando el lanzador de disco.
—Gira tu muñeca —le digo.
Ella lo intenta pero el disco vuela hacia atrás y casi golpea a eugenia en la cabeza.

La mano de rocio vuela hacia su boca mientras el disco pasa zumbando cerca de eugenia.
—Ups, lo siento.
—Apuesto que sí —murmura eugenia.
nico le dice a eugenia que sea amable. Ella le dedica una mueca de desprecio y yo pienso: Oh, amigo, vas a pagar por ese comentario más tarde.
Moverse de un camino a otro no es fácil para rocio, quien tiene que pisar ligeramente el suelo desigual. En algún punto cuando ella tropieza y cae, casi me ofrezco a llevarla a casa.
—Sujétate de mi espalda —le digo en su lugar, mientras nos dirigimos al siguiente camino.
Ella me mira como si estuviera loco.
—Vamos rochi. Será divertido.
—No, no lo será —dice ella. Cuando tomo su disco y me doblo hacia abajo de manera que pueda maniobrar fácilmente en mi espalda, ella pregunta: —¿Estás seguro de esto?
Sí, estoy seguro.
—Sólo sujétate —ella agarra mis hombros y la llevo al siguiente hoyo—. Eres un asco en este juego. El último fue un par tres, y ¿cómo te las arreglaste para obtener un ocho? Es vergonzoso. Creo que necesito darte clases privadas, para que así la próxima vez podamos patear un poco el trasero del disco.
—Las lecciones privadas suenan bien —dice ella, luego besa mi nuca.
—Ustedes son unos idiotas —dice eugenia cuando finalmente llegamos al siguiente hoyo. Me arrodillo para que rocio  pueda deslizarse fuera de mi espalda sin demasiado estrés en su pierna.
—No llames a mi mejor amigo idiota, eugenia —dice nico.
eugenia se pone la mano en la cadera y mueve de un tirón su cabello hacia atrás. Oh, no. Eso no es una buena señal.
—No lo defiendas. Y no es sólo tu amigo, nico. Él es mi ex.
—Era mi mejor amigo antes de que cualquiera de nosotros saliera contigo.
—Dormimos juntos a sus espaldas —eugenia responde con veneno—. Buenos mejores amigos resultaron ser

Con esas palabras, nico saca algo de la cintura de sus jeans. Es un frasco.
—Hombre, ¿qué estás haciendo? —pregunto.
—No es asunto tuyo.
Oh, mierda. Esto no está sucediendo. No delante de jaime y Julio y mi hermana. Y no delante de rocio, que odia el drama de eugenia más que nada. Quiero que se olvide de mi pasado, no que lo recuerde.
eugenia lanza uno de los discos, apuntando directamente a nico. nico apenas esquiva el disco, toma otro trago de lo que tiene en el frasco, y mira a su prometida directo a los ojos.
—Hagamos un concurso.
Los ojos de jaime se iluminan. Al tipo le encantan los desafíos más que nada.
Julio se inclina hacia mí y me dice de manera que nadie más pueda oír:
—¿Estos son tus amigos? Todos están jodidamente locos.
Y esto viene de un tipo que ha estado en la cárcel por robo y lavado de dinero.
—Te diré algo —dice nico, poniéndose muy enojado con eugenia ahora. Puedo notarlo porque su cara está poniéndose toda roja y manchada. Eso sólo ocurre justo después de que se ejercita o cuando está realmente enojado—. Si gano el siguiente hoyo, la boda estará de nuevo en marcha. Si tú ganas, eres libre de cancelarla y estar con gaston.
Uhm, no está sucediendo.
—nico, no seas un idiota —le digo, pero él no escucha. No sé si está en el máximo nivel de borracho. Él definitivamente no está siendo él mismo.
—De acuerdo —dice eugenia, ignorándome—. Pero no es una pelea justa.
—Bien. Tú eliges a quien tira por mí, y elijo quien tira por ti.
rocio intenta ocultarse detrás de mí.
—Elijo a rocio. Ella tirará por ti —dice eugenia con los dientes apretados.
—Entonces elijo a mery —dice nico.
—¿Puedo optar por quedarme fuera? —rochi les pregunta.
Un nico con cara roja y una furiosa eugenia dicen "no" al mismo tiempo.
—Chicos, sólo bésense y reconcíliense ya —les digo—. Estás embarazada, eugenia. Y no va a suceder nada entre nosotros, así que supéralo.
—Cállate, gaston —dice eugenia, con el veneno en su voz.
—Ya lo tengo —dice rocio, con una mirada feroz y decidida en su rostro.
Lo entiendo.
Rocio está luchando por mí. Ella me quiere ganar, sin rodeos. ¿No se da cuenta que ya me tiene, y no tiene que pelear?
Veo con asombro cómo mi chica toma un disco en la mano y va a la "T"*.
—rocio... —digo—. Uhm… Agarraste un lanzador. Eso no va a ir demasiado lejos.
Sostengo otro disco para ella, que toma murmurando un ―gracias‖.
rocio toma una respiración profunda, entonces se permite arrancarlo con un gruñido impresionante. Ella se estremece cuando se vira a la derecha y casi aterriza en unos arbustos.
Su mano vuela a su boca con horror.
—Buen tiro, nena —bromeo.
—No es divertido —dice ella, tomándose esta competencia demasiado en serio.
Mi hermana es la siguiente. Julio trata de darle algunos consejos, pero no estoy seguro de que mi hermana gemela quiera que eugenia gane. Mi hermana azota el disco, pero también gira y aterriza en los arbustos.
Oh, hombre, esto es una tortura.
Al final, están a la par. Mi hermana sostiene su lanzador mientras que rocio sostiene el suyo.
—Espera —dice rocio antes de que mery apunte a la cesta de metal.
Mery se queda quieta.
rocio sostiene su disco a su costado.
—No puedo hacer esto.
—Yo tampoco —añade mery.
rocio cojea hasta eugenia.
—Yo no juego con la vida de las personas como tú.
¡Muy bien, chica!
rocio deja caer el disco a los pies de Eugenia.
—Si lo dejas ir y no regresa por ti, no era la persona con la que debes estar. Es una lección que aprendí en primer grado.
Hombre, mi chica es una chica dura, cuando ella quiere serlo. Me pregunto si tiene algo que ver con las grandes y cómodas pantaletas de abuela que ella trae puestas.
rocio se aleja cojeando, con mi hermana a su lado. Me recuerda a cuando éramos niños y que eran inseparables. Me gusta que ellas estén resolviendo cómo ser amigas de nuevo.
Observo hasta que rocio y mery están fuera de vista.
—Me voy de aquí —dice eugenia, apresurándose hacia su coche.
—Yo también —dice nico girándose a prisa hacia el suyo.
Yo me planto delante de él.
—No puedo dejar que hagas eso.
—¿Por qué no?
—Porque estás borracho. No puedo dejar que conduzcas mientras estás jodido.
—Fuera de mi camino, gaston, y no seas un idiota.
—Soy un idiota también —dice jaime—. Porque no te dejaré conducir tampoco.
—Dale a gaston tus llaves —luna le ordena a nico—. ¡Ahora!

Rocio:
me dirijo hacia casa con mery.
—Gracias por eso —dice mery—. Yo iba a fallar a propósito. Nunca me gusto eugenia.
Me detuve y me gire hacia ella —¿Qué piensas acerca de gaston y yo como pareja?
Ella no responde. Su no-respuesta es mi respuesta.
—Me voy a España en menos de dos semanas, así que no tendrás que vernos juntos por mucho más tiempo —mis palabras salieron rápidas y sé que sabe que estoy molesta—. mery, alguien tiene que ceder.
Cojeé lejos de ella ahora, pero escuche a gaston llamándome detrás de mí.
—¿Dónde están todos? —pregunté.
—jaime termino llevando a nico a casa, él estaba bastante borracho y Julio y luna fueron con ellos —dice gaston—. Escucha rocio. Acerca del juego… lo siento —él se mueve para estar enfrente de mí—. No debería haber forzado esa situación para ti. Solo pensé que podíamos ser una pareja normal y…
—Nunca seremos una pareja normal, gaston. Tenemos tantos problemas con los que lidiar que es ridículo —levanto una mano cuando veo que él esta apunto de protestar—. Estoy viviendo la realidad. La realidad es que eugenia todavía te quiere en su vida y tu hermana me quiere fuera de tu vida, es más fácil para ella de esa manera.
Solo pensar en Eugenia y mery es abrumador en este momento.
—Necesito salir de aquí —le digo.
—¿A dónde vas?

Agarro las llaves de mi auto—. A donde siempre voy a pensar.
—Si te sirve de consuelo —dice él—, no doy una mierda acerca de lo que alguien más piense acerca de nosotros estando juntos.
—Lo sé. Desearía que no me importara, pero sí lo hace.
Cuando llego a mi auto, inmediatamente me dirijo hacia la casa de la Sra. Reynolds. Lou no está ahí, y tampoco está el letrero de ―Se Vende‖. Un sentimiento de hundimiento se forma en mi estomago cuando pienso en alguien más viviendo en esta casa.
Mientras toco la madera pintada de blanco del mirador, pienso en lo que le dije a gaston. Sé que él todavía está luchando con estar en casa donde no se siente como si perteneciera. Vi dónde ha estado durmiendo. En el sofá de su sala.
Incluso aunque no quiero, necesito prepararme para lo inevitable. gaston está en mi vida de forma temporal. Cuando me vaya a España, nuestros caminos se separarán. ¿Debería sacar el máximo provecho de lo que tenemos ahora? Porque la realidad es, que gaston pronto estará fuera de mi vida para siempre

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