—¿cande está aquí? —Ella sabe cómo me siento cuando vienen personas de visita, y las cosas deben de estar bastante mal para que lo haya hecho. La única vez que lo mencioné fue en el trabajo y…
Trabajo. Donde pablo y gaston me escucharon hablando con Jackson. Ahí mencioné el viaje.
gaston sabía que me iba a Nueva York.
No, gaston nunca haría algo como eso, él puede ser un dolor de cabeza a veces pero en conjunto es… agradable. Incluso dulce.
Pero si él mencionó la llamada que recibí en el trabajo, incluso por un segundo, o alguno de los amigos trogloditas ….
Sí, eso podía hacerlo.
Sólo que no imaginaba a gaston haciéndolo, no sólo porque no le dijo a nadie acerca de la vez, hace dos meses, en la que mamá apareció en el trabajo, frenética porque había olvidado pagar la cuenta de la luz e iban a suspender el suministro si ellos no recibían $290 a las 6 P.M.
gaston nunca dijo nada acerca de su visita ni cómo tuve que dejar el trabajo por un rato, para poder ir a sacar dinero de mi cuenta del cajero más cercano. De hecho, lo único que hizo fue darme sándwiches del lugar calle abajo todas las noches de esa semana, porque la chica que trabajaba a lado de la caja registradora conocía a su hermana mayor y le daba comida gratis.
Y pablo nunca diría nada. Simplemente, él no es ese tipo de chico. Él es mejor que un chico normal. Él también fue más que agradable cuando mamá llegó e incluso se ofreció a llevarla a su coche cuando volvimos del cajero porque se pone muy oscuro el aparcamiento. Mamá se rehusó, pero le llamó “dulce” y le sopló un beso antes de marcharse. Me disculpé después, y pablo fue muy agradable con eso. Incluso me preguntó cómo estaba mamá al día siguiente.
—Será mejor ir a hablar con cande —le digo a mamá ahora.
y me dirijo a la cocina.
—. Te preguntaría cómo lo averiguó la gente, pero ya lo sé.
—Quizás no lo hizo nadie —dice cande, y la miro—. Obviamente, quiero decir, alguien lo hizo, pero no creo que él lo supiese primero.
—. Pero puedes hablar con pablo sobre esto. Él fue agradable contigo el otro día, ¿verdad?
—Así que mañana ¿debería ver si hablará conmigo por lástima, y esperar que esa pena se traduzca en él pidiéndome que salgamos?
—¿Qué, no puedes hacer eso?
—No, tristemente, puedo —digo—. La lástima que es todo lo que tengo a mi favor. Supongo que también puedo usarla.
—Tú tienes más que lástima a tu… Oh, olvídalo —dice cande—. Eres tan mala recibiendo halagos que ni siquiera voy a intentarlo.
—Gracias —digo—. Y oye, ¿no prueba eso que puedo aceptar halagos?
—No, fenómeno —dice, levantándose—. ¿Te veo mañana después del trabajo?
—Sí —digo, y decido que voy a superarme a mí misma y a mis preocupaciones y finalmente voy a hablar de verdad con pablo. No tengo nada que perder, después de todo, y quizás, al final, mañana no será tan malo.
En Gobierno, gaston me lanza una mirada preocupada mientras se sienta, y yo se la devuelvo con una mirada suave de mi parte, fingiendo que estoy completamente bien.
La cosa es, que incluso fingir es duro justo ahora, así que rápidamente desvío mi mirada.
Él me entrega una nota unos diez minutos después de comenzada la clase.
“¿Estás bien?”
Lo miro y no me molesto en escribirle una respuesta.
Otra nota aterriza en mi escritorio cerca de un minuto después.
“Lo siento por todo eso. Escuché a vicco decir algo que una chica le dijo sobre la cosa de Jackson ayer.”
“¿Quién es esta chica?” Escribo de vuelta. “¿Sabes quién es ella?”
“No” escribe como respuesta, y luego levanta su mano y dice que tiene que ir a hablar con uno de los entrenadores de fútbol.).
—Gracias —dice gaston—. La cosa es, que tengo esto… —Él se inclina hacia adelante y levanta un bolso obviamente pesado. —Tengo que llevárselo a él, y tengo otro más en mi casillero, así que estaba pensando que alguien debería venir conmigo.
—Buen intento, gaston —dice nuestra profesora, suspirando—. De cualquier forma, no estoy dejándote a ti y a uno de tus amigos irse juntos.
—Bien, iré con… no lo sé —dice gaston, y luego me apunta—. rocio, supongo. ¿Puede ella venir?
La profesora asiente, y yo lo miro pero tengo que levantarme porque todos nos están mirando. Me están mirando. Cuando vamos saliendo, uno de sus compañeros de equipo dice:
—Amigo, pregúntale sobre el video. —Y gaston tropieza y golpea su libro contra la rodilla del chico.
—MiE*da, eso duele —dice el chico.
Y la profesora exclama:
—¡El lenguaje! —mientras nos empuja afuera hacia el pasillo.
Cuando llegamos ahí, gaston me arroja el pesado bolso a mí. Me muevo fuera del camino automáticamente, pero aun así aterriza sobre mi pie.
—Ow —digo, y luego me doy cuenta de que mi pie no duele. De hecho, el bolso se siente vacío.
—¿Qué hay aquí? —le pregunto a él.
—Ahora nada —dice él, recogiéndolo y avanzando por el pasillo—. Antes tenía un montón de volantes para una venta de pasteles que los padres del equipo estarán teniendo la próxima semana, pero los metí en mi casillero para así no tener que cargar con ellos por todos lados.
—Entonces, ¿por qué hiciste todo eso en la clase justo ahora?
—Para salir, obviamente. —Él se da vuelta y me mira—. Vamos.
Lo sigo, un poco cautelosamente, pero lo alcanzo rápidamente cuando gaston se detiene frente a la máquina expendedora. Él compra dos bolsas de papas fritas, una barra de granola, un jugo de naranja, y una bolsa de galletas de animalitos.
—Aquí —dice él, y me entrega una bolsa de papas, la barra de granola, y el jugo de naranja.
—Oh —digo yo—. Gracias, pero realmente no puedo tomar…
—Sí, sí puedes. Te vi en la cafetería con una de esas supuestas hamburguesas. Ni siquiera lograrás pasar una hora de trabajo con sólo eso. Y yo no voy a estar tomando todas tus órdenes.
—¿Me viste en el almuerzo?
—Sí, compartimos algunas cosas además de Gobierno —dice él—. Tengo que ir a sacar esos volantes de mi casillero y ponerlos en mi auto si quiero que el entrenador no explote. Come, ¿de acuerdo? De otra forma, eres inútil para mí.
Yo de cierta forma quiero abrazarlo. Un montón. Es extraño (pero lindo) y le sonrío.
—¿Cómo es que no logro quedarme con las galletas de animalitos?
—Glotona —dice él y me las entrega—. ¿Estás segura de que estás bien?
Yo asiento, y él mira hacia mi boca, entonces se sonroja y dice:
—Te veo luego.
No puedo decir nada porque estoy demasiado ocupada quedándome atónita por el hecho de que gaston miró mi boca. Y de que yo definitivamente lo noté mirando.

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