Y si CANDE estuviera conmigo cuando llegué al trabajo, podría mostrarle por qué PABLO es perfecto. Y por qué ciertamente otra persona no lo es.
GASTON está encorvado en su silla, llenando de cheetos su boca. Y no sólo uno o dos. Juraría que tiene la mitad de la bolsa ahí.
—Ayudaría si masticaras —digo, y él traga, luego tiende la bolsa hacia mí.
—Es todo aire y queso falso, masticar sería más lento.
—No veo cómo puedes comer esas cosas —dice PABLO a GASTON, y lo miro (él no está inhalando cheetos, por supuesto) al sentarme.
Espero no estar siendo muy obvia pero ¿cómo podía no mirar? ¿Y cómo podía PABLO verse tan bien solamente sentado ahí? Pienso que es su cabello. Es tan oscuro y ondulado, y claramente no se queda en su lugar ni nada. Es como si a él no le importara cómo luciera, pero todavía luce perfecto.
En cuanto lo miro, está desenvolviendo una de esas barras naturales, hechas de avena, frutas, granos silvestres y todas esas cosas.
—Este es el tipo de cosa que todos deberían… espera, tengo una orden —dice él.
Tal vez pueda terminar las órdenes que están esperando muy rápido y luego ver a PABLO un poco más.
Tal vez incluso sea capaz de manejar los nervios para hablar con él.
Después de un par de horas, estoy aún tomando órdenes, mi garganta está tan seca como una lija, y no quiero volver a escuchar o decir nunca más la palabra hamburguesa.
También estoy hambrienta. En algún momento, GASTON empuja su bolsa de cheetos hacia mí y me como el resto de ellos, cubriendo mi audífono para que la gente que está pidiendo sus órdenes no pueda escucharme masticando.
GASTON empuja mi pie en cuanto digo: —Gracias, y conduzca hasta la primera ventana, por favor. —Por lo que se sentía como la diezmillonésima vez, y cuando lo miro, él señala un pedazo de papel entre nosotros.
“Perdón por lo que dijo VICCO antes.” Decía.
Es tan dulce. Incluso si tiene queso alrededor del borde.
—Gracias —digo—, Pero, um, mira, ¿por qué son amigos de él?
GASTON se sonroja.
—No lo somos en realidad. Nosotros sólo somos… estamos en el equipo juntos y cuando me mudé aquí, él realmente hizo un esfuerzo especial para…
—¿Golpearte?
—No —dice GASTON, todavía ruborizado—. Mira, nosotros no pasamos el rato ya y si piensas que estoy de acuerdo con lo que él estuvo diciendo, no lo estaba. No lo estoy.
—¿No se anulan los negativos entre sí?
GASTON me sonríe.
—Tú… ¿Quieres…? —dijo él, pero PABLO lo interrumpe.
—Órdenes —dice él, sonando enfadado y GASTON suspira dramáticamente y dice:
—Oh cierto, esas cosas, gracias por señalarme cuál es mi trabajo, hombre.
Sonrío antes de poder detenerme (a veces GASTON puede ser realmente divertido) y luego veo a PABLO frunciéndole el ceño a GASTON. Y a mí. Empujo el papel de GASTON lejos y vuelvo al trabajo.
Puedo ser el tipo de chica perfecta para PABLO. Puedo, y lo seré.
Pero luego GASTON empuja el trozo de papel de vuelta a mí unas pocas órdenes después y él había esbozado en él un tablero del juego del gato, y cuando pongo una mano sobre el micrófono de mi auricular y susurro:
—¿Parezco como si tuviera tiempo para esto?
Él pone una mano sobre su micrófono y dice:
—Sólo tienes miedo de que te patee el trasero como la última vez.
—¡No lo tengo! —digo, y el chico que está pidiéndome su orden contesta:
—¿Qué?
—Disculpe —digo y hago un poco de ruido—. Dificultades técnicas.
Y luego juego al gato con GASTON. Gano tres juegos. GASTON gana dos. PABLO da varios suspiros y me siento mal porque no estoy tomando las órdenes tan rápido como podría hacerlo, pero todavía estoy jugando.
¿Ves lo que quiero decir sobre PABLO siendo una buena persona? Él no hace cosas como esta, no juega en el trabajo. Yo tampoco debería,
Las cosas finalmente se ralentizan cerca de las nueve y treinta, y nosotros tres nos desplomamos en nuestros asientos discutiendo quién había tenido la orden más grande. El ganador podía salir temprano.
—Cuatro combos tamaño jumbo y seis pays de limón —dice GASTON—. ¿Te has preguntado alguna vez qué hay en esas cosas?
—Nop —digo—. De esa forma uno tiene pesadillas. Catorce hamburguesas con queso sin pepinillos, mayonesa extra, mostaza extra y sólo en la tapa superior del pan.
GASTON silba.
—Punto por molestias y volumen. Pienso que tú…
—Cuatro combos jumbo, tres combos regulares, dos comidas ligeras y saludables, un sándwich de pollo, diez aros de cebolla, y todas las bebidas de eso sin hielo —dice
PABLO—. En una orden. Además de tener que escuchar todo acerca de cómo el equipo de marketing se había reunido en una junta durante seis horas. Yo gano.
—No lo sé, hombre —GASTON dice—. Tienes que darle puntos por la orden de tantas hamburguesas con queso a la vez, sin mencionar la creativa forma en que ellos las pidieron.
—Oh, vamos, tuve que escuchar esa conversación sobre marketing —dice PABLO, sonriéndome a mí—. Sabes que yo gané, ¿verdad, ROCIO?
Asiento, hipnotizada por su sonrisa. Y por cómo me mira. Quizá debería preguntarle si quiere ir a tomar un café conmigo alguna vez.
Sí, quizá debería hacerlo, especialmente porque él todavía está mirándome.
De acuerdo, voy a hacerlo bien…
—Genial, me voy de aquí —dice PABLO y se levanta, lanzando su bolsa sobre su hombro—. Mejor suerte para la próxima, chicos. Oh, y oye, ROCIO, sobre esa cosa con tu papá…
—¿Mi papá? —digo, preguntándome cómo PABLO sabe acerca de él. Y luego me doy cuenta de a qué se refiere—. Quieres decir, ¿Jackson?
¿Por qué está PABLO preguntando sobre Jackson?
—Sí. Sólo pienso que es realmente increíble que tengas un padre que… Él sonaba realmente feliz sobre verte. O, al menos, eso fue lo que me pareció escuchar. No he visto el clip.
—Apuesto a que no —murmura GASTON.
—Sólo… —PABLO se inclina hacia mí—. Desearía que mi padre fuera como el tuyo.
—PABLO, hombre, si quieres salir de aquí lo mejor es que te vayas ahora,VI AL JEFE POR AHI
—De acuerdo, gracias —dice PABLO a GASTON y luego se vuelve hacia mí—. Te veré pronto, ROCIO.
—Adiós —digo, y, extrañamente, no me arrepiento de verlo irse. No me gusta hablar sobre Jackson, y no entiendo por qué PABLO sí quería hablar sobre él. Es también muy extraño que PABLO piense que soy afortunada comparada con él. Si sólo supiera lo que realmente es Jackson.
—¿Qué estás haciendo aquí? —dice GASTON, golpeando mi pie—. ¿Quedándote dormida?
—Algo así —digo, con el gran nudo sobre Jackson creado en mi garganta—. ¿Así que NUESTRO JEFE está dejando la oficina? ¿Se está quemando el edificio o algo así?
—Nah, sigue donde siempre está. Supuse que PABLO estaba tan ansioso por ganar y salir de aquí que le haría bien irse. Además, lo último que quiero escuchar es otra historia del pobre PABLO. ¡Oh, la agonía de tenerlo todo!
—¿Oye, tú…? —empiezo a preguntar, preguntándome si GASTON sabe algo acerca de que yo no quería hablar sobre Jackson, y luego me detengo porque… bueno, ¿cómo podría saberlo?
—¿Yo qué? —dice gaston.
—¿Trajiste algo más para comer?
—No para ti —dice él, pero entonces me da la mitad de su sándwich de pavo, que había preparado “para el camino a casa”.
—Gracias —le digo en cuanto caminamos al estacionamiento y él se me queda viendo por un largo momento, tan largo que mi corazón empieza a golpetear locamente, y pienso que él está a punto de hacer o decir algo, pero sólo dice:
—Deberías haber ganado por esas hamburguesas con queso, lo sabes. —Y luego me pregunta si estoy segura de que el montón de chatarra arrancará.
cande lleva retraso, y cuando sale del trabajo está silenciosa,
__hablemos sobre algo divertido. Dime todo acerca de pablo y lo que te dijo esta noche.
—candela.
—Oye, tienes que permitirme vivir vicariamente.
—No hay nada que decir. Estaba realmente ocupada y pablo tuvo la orden más extraña, así que él pudo irse temprano.
—¿Él tuvo la orden más extraña? ¿Qué es eso? ¿Veintisiete batidos sin tapa y dos popotes cada uno como el que una vez te dieron?
—¿Cómo puedes recordar cosas como esa?
—Doblo ropa todo el día. ¿Qué más tengo que recordar? Ahora, ¿qué era la orden?
Se lo digo, y ella hace una mueca.
—¿Qué hay de extraño en eso? ¿Cuál fue tu orden más extraña esta noche?
Tan pronto como hablo, ella dice:
—rocio, ¡tú ganaste la contienda! ¡Él te engañó para quitarte la victoria!
—De acuerdo, tranquila, chica loca. No es como si hubiera perdido una fortuna o algo, y la orden de pablo era muy extraña. Además, él tomó más órdenes que nadie.
—¿Cómo sabes que tomó más órdenes?
Me encojo de hombros.
—Él te lo dijo —dice ella, sonriendo—. ¿Y qué hacían gaston y tú?
—¿Qué quieres decir?
—Oh, vamos —dice cande—. Si pablo estaba tomando la mayoría de las órdenes es que ustedes dos estaban haciendo algo. Y gaston defendió tu honor.
—Realmente no sabes lo que dices.
—Todavía no he escuchado lo que hacían.
—No era nada. Jugamos al gato un momento. Sabes que lo hacemos a veces.
—Oh, lo sé —dice.
—De acuerdo, ¿cómo se hace el sonido como si estuviéramos arrancándonos la ropa mutuamente?
—Es interesante que tu mente fuera ahí inmediatamente.
—Estás demente. ¿Lo sabes, verdad?
—Vendo Jeans para ganarme la vida. Claro que estoy demente. ¿Qué más pasó?
—pablo preguntó acerca de Jackson.
Cande se queda en silencio por un momento.
—No parece conocerte muy bien —dice ella finalmente—. Odias hablar sobre Jackson. ¿Qué dijo gaston cuando él preguntó acerca de Jackson?
—Él no dijo nada.
—Huh —dice cande—. ¿Qué hizo él cuando pablo preguntó?
—Nada realmente —digo mientras hago una parada enfrente de su casa—. Bueno, le dijo algo acerca de seguir adelante e irse.
—Hmm —dice cande y sale de la camioneta.
—¿Qué significan todos esos sonidos con H?
Ella me sonríe.
—Sabes lo que significan. Sé que sabes lo que significan. Lo único que no entiendo es, ¿cómo es que la idea de gustarle a gaston te asusta?
—¿Asustarme? ¡Ha! ¿Sabes qué? Pienso que a ti te gusta gaston.
—Ajá.
—De acuerdo, me voy ahora.
—De acuerdo —dice ella, todavía sonriendo.
Le saco la lengua antes de marcharme. No creo en lo que ella dijo, porque es una demente, pero me pregunto por qué gaston no trajo la conversación sobre Jackson. Y por qué pablo sí.
No me malinterpreten, me sigue gustando pablo (¿cómo podría no hacerlo?) pero tal vez él no es tan perfecto.
Luego, recuerdo como él compró mi comida y me hizo un CD. Y cómo luce. Y sólo para demostrar que no soy superficial, no me he olvidado que cree en cosas y escribe poesía.
Aunque hablo mucho con gaston, ¿no? Pero entonces, es difícil no hacerlo, porque gaston habla demasiado.
Grrr. ¡candela! No puedo esperar a llegar a casa y relajarme.

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