gaston no me habló el día siguiente. No me había dado cuenta, pero me había
acostumbrado a hablar con él, incluso si era sólo para pretender que estaba
fastidiándome mientras pensaba cosas como, ―¡Te he besado! ¡Me has
besado!, pero él no me preguntó acerca de las tareas ni se entrometió en
ninguna de mis conversaciones, ni siquiera cuando las Jennifers estaban
hablando. De hecho, cuando Jennifer M. me preguntó si sabía
cómo le podía ir mejor por millonésima vez y yo le dije ―sobornando, gaston
aún no dijo nada. Ni siquiera sonrió.
No lo vi en el trabajo tampoco. Pensé en ir para ver si estaba
trabajando, pero, ¿y si lo estaba? ¿Qué le iba a decir? ―¿Hola, sé que dije que
no quería salir contigo, y sé que sólo preguntaste porque habías quedado
como un imbécil, pero la cosa es, que te extraño?
Además, no lo extrañaba. No exactamente, de cualquier manera. Extrañaba
besarme con él. Y escucharlo hablar sobre el trabajo. Y la forma en que
nunca se burló de mi pésimo trabajo, e incluso de mi papá. Y la forma en que
me sonreía.
Y la forma en que siempre me sentía con ganas de sonreír cuando estaba con
él.
Ni siquiera estaba aliviada cuando llegué a casa, porque las cosas eran tan
diferentes ahora.
. —Trabajar ahí es duro —digo—, con la escuela y las
tareas y cosas…
—Cosas, ¿qué tipo de cosas?
—Sabes, cosas normales —yo había asumido que mencionar que era difícil
trabajar e ir a la escuela al mismo tiempo llevaría a algo de dinero.
—¿Cosas normales?
Supongo que estaba equivocada
—Bueno, veo a gente de la escuela en el trabajo, y me da vergüenza y… —
podía ver que estaba perdiendo interés porque ella asumía que papá dando
vergüenza era algo dado—. Está este chico. O estaba. Y no quiero volverlo a
ver…
—¿Un chico? ¿Por qué no quieres verlo?
—Estábamos, algo así como… saliendo —dije, porque sabía que ―besándonos
detrás del centro comercial no funcionaria con la abuela—. Y ya no lo
estamos.
—¿Por qué?
—Porque… sólo porque sí.
—Esa no es mucha razón, querida…
—Supongo que simplemente no soy el tipo de chica con la que los chicos
quieren estar. ¿Está bien?
Esperé a que la abuela dijera algo, pero ella simplemente se quedó viéndome
un rato.
—Quiero decirte algo —dijo finalmente, su voz baja—. Si tú te dices a ti
misma que no eres alguien, que no puedes convertirte en alguien ¿sabes qué?
Se convertirá en verdad. Tú tienes que decidir quién eres y qué puedes hacer
y luego ir tras lo que quieres. Porque, créeme, nadie te lo va a dar a ti.
—Abuela…
Ella me palmeó el brazo. —Piensa en ello, cariño, ¿está bien? El mundo te
noqueará lo suficiente. No tienes que hacerlo tú misma…
Después que ella se fue, llamé a mery porque no quería pensar en lo que la
abuela había dicho. Sólo necesitaba hablar con una amiga. Necesitaba hablar
con mi mejor amiga.
—Hola —dijo cuando contestó—.
—¿Cómo está pablo? —dije,
Resultó que Sam había pasado la tarde con otra después de haberle dado un
aventón a su casa al salir del colegio.
—¿Qué crees que signifique? —preguntó mery.
Tenía la impresión de que este momento no era el mejor para decir lo que
pensaba de pablo —¿Qué crees tú que signifique?
—Que se estuvieron besando.
—Entonces, tal vez deberías decirle algo a él…
—¿Como algún tipo de novia celosa? Yo ya sé cómo es él con cosas así. —
Sonaba enojada.
—Lo sé. Pero… bueno, ¿no crees que mereces algo mejor?
—¿Quién podría ser mejor que pablo? Él es el chico con quien todas quieren
estar…
—Yo no lo quiero.
—Tú sabes a lo que me refiero. Gente que tiene una oportunidad con él…
Alejé el teléfono de mi oreja y lo miré fijamente. ¿Acababa ella de decir lo
que pienso que dijo?
—¿rocio? —su voz estaba débil—. rocio ¿estás ahí? No quise decirlo como
sonó, lo juro ¿rocio?
—Estoy aquí. —Dije, mi voz estaba dura.
—No te enojes conmigo, ¿bien? Hoy con mi mamá fue… fue difícil, rocio.
Además, están todas las cosas con Sam, todo está muy difícil para mí en este
momento.¿Me perdonas? —ella sonaba tan
triste, preocupada incluso, y por mí.
—Sí, por supuesto —dije, mayoritariamente sintiéndolo, y completamente
sintiéndolo cuando ella dijo: —Gracias, rocio. Tú siempre me haces sentir
mejor. Eres una verdadera amiga, lo sabes. La mejor.
—¿De verdad? —dije, sobrecogida. ¡Ella acababa de decir que yo era su mejor
amiga de nuevo!
—Síp.
Tomé un respiro profundo. Ella acaba de decir lo que me había estado
muriendo por oír, y yo… bueno, ahora podía preguntarle esto. —Mira,
hablando de pablo… él ha… ¿él dijo algo acerca de lo que pasó en la fiesta?
¿Con gaston y yo, me refiero?
—No. Bueno, él sabía lo que pasó, por supuesto, porque Jennifer de hecho
fue corriendo hacia él y dijo que él tenía que ser el primero en saber. —Se
rió—. Si tratara un poco más duro, juro que explotaría. Es patético lo que
algunas chicas harían para tratar de conseguir que pablo las notara
—¿Pero gaston no dijo nada? —yo no sabía si eso era bueno o malo.
—No, pero tú sabes cómo es gaston, , toda su vida es básicamente
escapadas aleatorias. Así que, ¿por qué lo mencionaría, sabes?
Sentí mi corazón hundirse. Malo. Definitivamente malo.
—Además —dijo —, pablo dice que todo de lo que gastonhabla es ese
negocio que sus mamás tienen. Lo vuelve loco. Oh, ese es él en la otra línea.
Tengo que colgar, ¿bien?
—Seguro —dije, pero ella ya se había ido.
Pensé en todo lo que Anna me había dicho en la escuela, y estaba bastante
deprimida porque había pasado mucho tiempo, especialmente desde que gaston
no había hablado de nuevo conmigo. Me dije a mí misma una y otra vez que
sabía exactamente lo que gaston y yo éramos, no una pareja, ni nada, pero me
daba cuenta de que realmente era sólo otra relación que me lastimaba más
de lo que pensaba que podría. O quería.
En el trabajo, acabé sola la mayor parte de la tarde porque papá había
decidido dirigirse a los grandes almacenes nuevamente.
Pensar en la clase de bilogía me hizo pensar en gaston. Me preguntaba cómo le
habría ido en la prueba, y si estaba en el trabajo. Entonces me dije a mí
misma que dejara de pensar en él.
No funcionaba.
Era mucho sobre lo que pensar, y cuando papá finalmente volvió, dije: —Me
voy a tomar un descanso —y me fui.
Me dirigí al patio de comida, pero el olor de la pizza me hizo pensar en gaston y
terminé parándome fuera de ahí y mirando ciegamente un escaparate.
Tenía que dejar de pensar en gaston. Conseguí lo que quería cuando lo rechacé,
cuando terminé las cosas antes de que pudieran acabarme, y tenía los
recuerdos de liarme con él encima de eso.
Debería haber sido suficiente. Debería haber sido feliz con eso. Pero no lo
era.
Estaba enojada.
Tan pronto lo pensé, me di cuenta que era cierto. Estaba enojada. ¿Por qué
Gaston me había dejado plantada? ¿Por qué no podía simplemente ignorarme?
¿Por qué tenía que hacerme pensar que iba a pedirme salir de verdad?
¿Por qué me hacía pensar que le importaba?
Él no tenía que hacerlo. De hecho, nadie apuntaba un arma a su cabeza y lo
hacía besarme en primer lugar. Nadie lo forzó a salir esa noche de la casa de
Jennifer. Fue él quien me preguntó si iba a ir, después de todo, ¿y ahora no
podía molestarse en hablarme? ¡Yo era la que tenía todas las razones para
ignorarlo! Es decir, acabé hablando sobre el CLIMA por él.
Cuanto más pensaba sobre eso, más quería saber por qué había hecho lo que
hizo. Y no podía lastimarlo... pedir perdón, tampoco.
Además, aparte de todo lo que había pensado y sabía, yo... bueno, quería
verlo.
Así que fui a su trabajo. gaston estaba ahí, parado en el departamento de
calzado hablando con dos vendedores de alrededor de la edad de mi papá.
Me vio entrar en la tienda.
Lo sé porque me miró directamente. Y después, se dio la vuelta, y se marchó.
Los hombres mayores me miraron, y se giraron de espalda de él, sonriendo.
—gaston, ¿a dónde vas? —dijeron, con risa en sus voces, pero gaston siguió
caminando, dirigiéndose fuera de mi vista.
Los hombres mayores me miraron nuevamente.
—Hey, ¿qué le hiciste? —preguntó uno de ellos.
—No hice nada. Aún.
Ambos rieron, y decidí que me gustaban. —¿Pueden traerlo para mí?
—Esto debe ser bueno —dijo uno sonriendo, y el otro asintió antes de
gritar—, ¡Hey, gaston, la chica de la que escapaste está aquí esperándote!
Estuvimos de pie por un momento, y después se encogió de hombros y
dijo: —Supongo que no vendrá.
¿Esto era lo que iba a conseguir de él? Por favor. —¿Por qué no van a
buscarlo? Y cuando lo hagan, díganle que puede fingir que mi hermana no
está embarazada todo lo que quiera, pero cuando el bebé venga y tenga sus
dedos unidos*, no necesitaremos ninguna prueba de paternidad.
me miraron, y me refiero a que realmente me miraron. Bocas
abiertas, ojos abultados, sin palabras.
—Uh —dijo, y luego escuché una risa proveniente de la parte trasera
del departamento de calzado, cerca de una puerta que claramente daba a un
almacén. La risa de gaston. No la había oído en un tiempo, y era agradable oírlo
reír. Saber que todavía podía hacerlo reír.
¡No! ¡Estaba aquí para ser fuerte! ¡Para obtener respuestas y una disculpa!
—Disculpen —dije, y me dirigí al almacén.
Gaston dejó de reír cuando entré en el almacén, aunque una sonrisa todavía se
arqueaba en las comisuras de su boca. —No sabía que tenías una hermana.
—Yeah, bueno, es difícil para ella salir, con el bebé que viene y todo.
—Correcto. ¿Así que ellos corrieron a decirles a todos?
—Eso creo. Ellos se parecían a las Jennifers como hacen siempre cuando han
oído algo bueno.
Él rió. —No lo pensé nunca, pero lo hacen, ¿no? —empezó a dar un paso
hacia mí, después se detuvo—. ¿Qué estás haciendo aquí, rocio? ¿Pelear
conmigo en la escuela no fue suficiente? ¿Quieres hacerlo otra vez sobre el
interfono de la tienda o algo así?
—Probablemente debería —dije. Él suspiró, pareciendo herido.
—No hagas eso —dije, porque había esperado que luciera enojado, no
afectado—. No actúes como si nada de esto te molestara. Tú eres el que vino
detrás de mí en la fiesta de Jennifer y después actuó tan extraño en la
escuela que tuviste que invitarme a salir para que la gente no creyera que
eres un total imbécil.
—Espera, ¿has mencionado una cita?
—Supongo que debería haber hablado más despacio —murmuré—. Contaste
con que esos gestos pudieran distraerlos.
—No, espera —dijo él—. ¿Qué significa exactamente invitarme a salir?
—Sabes lo que significa —dije—. Y quiero saber por qué sólo no podías
dejarme sola.
—Mira, siento que mi humillación haya sido difícil para ti, pero ¡mensaje
recibido! No quieres salir. Lo entiendo.
—¿Tu humillación? ¡Tú fuiste el que fingió invitarme a salir!
—¿Quién dijo que estaba fingiendo?
—Oh, por favor. Fue obvio.
—Siento no invitarte a salir de una manera más aprobada por rocio, pero
quise decir eso.
—Seguro que lo hiciste.
—Lo quise decir, rocio —dijo, y me miró como lo hacía justo antes de
besarme, una mirada que había pensado que significaba algo. Una mirada
que había pensado que tal vez realmente le gustara.
—Bien —dije, furiosa otra vez. ¿Por qué tenía que hacerme esto a mí? ¿Por
qué tenía que hacerme pensar que yo le importaba?—¿Cómo es? Como,
¡totalmente quiero salir contigo! ¿Esa es una respuesta apropiada, o debería
empezar a gritar como si gané la lotería también?
—No te molestes —dijo a través de los dientes apretados, el aspecto que
había estado usando antes de reemplazarlo por una de total frustración—.
No quiero salir contigo cuando es obvio que no quieres salir conmigo.
—Lo sabía —dije, y para mi horror, sentí un fuerte escozor en mi garganta y
detrás de mis ojos—. Yo sólo... no importa. Esto fue estúpido.
Él me miró, y ahora lucía sorprendido y un poco preocupado, como si
hubiera comprendido algo. —Voy a ir a tu casa alrededor de las siete el
sábado —dijo él—, si quieres salir conmigo, sólo tienes que estar allí. ¿Bien?
—No sabes dónde vivo.
—¿Cómo lo sabes? —dijo él, y después se inclinó y me besó.
Volvía al trabajo con mis orejas zumbando por el shock de sus compañeros de trabajo—y
después sus risitas—Cuando nos hallaron a mí y a gaston en el almacén. Y el
resto de mí estaba hormigueando por todos los besos.
Y por el hecho de que tenía una cita. No era la gran cosa, ni nada. Sólo era
una cita. Con gaston.
¡Tenía una cita con gaston!
Yo estuve muy entusiasmada acerca de mi cita durante media hora, y luego
empecé a enloquecer. Pero entre la escuela y el trabajo y las rarezas en casa,
no tuve mucho tiempo para preocuparme.
Casi significaba que todavía tenía algo de tiempo y, sin embargo, resultó que
había mucho de qué preocuparse. ¿Qué iba a usar? ¿Estaba bien algo de lo
que yo poseía para una cita? Y, ¿qué pasa con mi pelo? ¿Debía tratar de hacer
algo con él, como atarlo? Pero, ¿y si haciendo eso hago que mis orejas luzcan
grandes o que mi cara parezca torcida?
¿Qué pasaba si mi cara estaba torcida?
Y, lo más importante, ¿qué es lo que ―cita‖ en realidad significa? ¿Era una cita
real? ¿O era una por piedad, para compensar la forma en que me había
tratado en la escuela?
Yo no quería una cita por piedad, pero estaba bastante segura de que esta no
era una, aunque estaba también segura de que no lo había querido decir
primero cuando realmente me invitó a salir en la escuela. Pero cuando él me
invitó a salir otra vez, nadie nos había visto o le hizo sentir que tenía que
hacerlo, así que lo hizo realmente. A pesar de que había ocurrido sólo
después de que había sido básicamente acorralado en el trabajo.
La verdad era que yo no sabía qué pensar. Así que lo evitaba.
Sabía que era la peor clase de estúpida, pero no podía evitarlo.
Quería algo en mi vida que no se terminara o fuera extraño o ambas
cosas. Quise fingir que mi vida era normal, que yo era normal.
Además, tenía muchas ganas de salir con gaston.
Naturalmente, ya que esta no era yo, no funcionó, y la noche del viernes, gaston
llegó por al stand.
—Oye —dijo gaston—. No te he visto mucho por alrededor.
—He estado ocupada —le dije, y luego añadí—, en casa y esas cosas, ya
sabes. —Ya que era evidente que no había un enjambre de clientes acudiendo
alrededor de la cabina.
—Claro —dijo, y dio unos golpecitos con los dedos sobre el mostrador. Hoy,
su etiqueta con su nombre, decía NO HAY YO EN EQUIPO*.
—Linda etiqueta de identificación —le dije, desesperada por cambiar de tema
a algo ―cualquier cosa‖ que no estuviera remotamente relacionada con la cita.
—Conseguimos el ―no hay yo en equipo‖ ayer —dijo, sonriéndome—. Fue
muy motivador. Hubo incluso un video.
—Hey rocio —gritó papá, que apareció al final del pasillo que conducía hacia
fuera a la parte principal del centro comercial, como si de alguna manera el
universo supiera que quería que estuviera aún más incómoda y
avergonzada—. ¿Tenemos todavía más de los Geles de Ajo? Sé que tenemos
abajo nuestra última botella.
Negué con la cabeza hacia él, y sentí mi cara enrojecer cuando gaston echó un
vistazo a todas las botellas de los geles de ajo apilados en la parte superior
de la vitrina.
—Táctica de venta —le dije.
Para mi sorpresa, no se rió, sólo dijo: —Hacemos algo como eso cuando
tenemos los zapatos que no podemos vender. Las etiquetas que dicen ―¡Sólo
unos cuantos pares a la izquierda!‖ y esas cosas.
—Oh —dije, sorprendida porque estaba siendo tan fresco sobre mi padre, lo
que significaba que mi padre decidió regresar en ese momento y
avergonzarme más.
—. ¡Hola,compañero empleado del centro! Trabajas en el mall, ¿verdad?
gastonasintió con la cabeza.
—Me lo imaginaba —dijo papá, como si darse cuenta del uniforme de gaston
fuera un logro importante—. Te ves familiar.
—He estado aquí antes —dijo gaston, y le tendió la mano—. gaston.
Papá se la estrechó, con el rostro iluminado. —¿gaston? ¿Es tu padre, Dan
? Porque si lo es, me encantaría hablar con él acerca de hacer una
promoción con su concesionario de Ford, porque…
—Mi padre es pescador.
—¿En serio? —Dijo papá—. Yo no sabía que había pescadores aqui.
Quiero decir, está el lago, pero es tan pequeña y oigo que la contaminación…
—Él vive en Alaska.
—Oh, eso tiene más sentido —dijo papá—. Hay muchos peces allí. De hecho,
una vez conocí a un chico que trabajaba en una fábrica de conservas en
Alaska y me dijo que…
—Papá —le dije, interrumpiéndolo—, gaston tiene que regresar a trabajar.
—¿Tengo? —dijo gaston, y luego me miró—. Oh, claro. Yo tengo.
¿estaría bien si rocio regresara a mi trabajo conmigo?
—Por supuesto —dijo papá—. De hecho, he estado tratando de sacarla de
aquí últimamente, pero ella sigue insistiendo en que no puede tomar un
descanso, que creo que no es saludable, pero…
—Papá —le dije otra vez. ¿Es posible morir de vergüenza? Porque si lo fuera,
yo estaba por hacerlo.
—Está bien, voy a estar tranquilo —me dijo papá, y entonces le dijo a gaston—,
qué etiqueta de identificación tan agradable, por cierto. Muy creativo.
—Gracias —dijo gaston.
—Muy bien, vamos ahora —le dije, mirando a papá. Días de fingir que me
importaba la escuela y sentarse en la cabina estúpida para nada, y ahora
tenía una nueva preocupación. ¿Qué pasa si, después de todo lo que acababa
de suceder, gaston decidió suspender la cita?
Miré por encima de él. Miraba al frente, sin mirarme. Genial. Definitivamente
me iba a decir que la noche del sábado estaba cancelada.
Supuse que sería mejor tratar la situación como un vendaje y simplemente
rasgar. Y terminarlo todo. Terminarlo antes de que yo pasara más tiempo
pensando en lo mucho que quería ir con él.
—Mira, acerca del sábado… —le dije.
—Es por eso que me estás evitando, ¿verdad?
—¿Qué quieres decir? —yo no había esperado que él se diera cuenta.
—Bueno, no te he visto desde que te invité a salir, así que...
—He estado en la escuela —dije, y cuando gaston me dirigió una mirada
extraña, añadí—, bueno, yo he estado ahí. Y luego está el trabajo. Además,
todo en casa ha sido una locura. Como, en serio loco. Es decir, conociste a mi
padre. Ahora imagina toda una casa llena de gente así.
—Tu papá me parece bien. Y apuesto a que nunca te haría ver un video sobre
el trabajo en equipo.
—No, sólo los infomerciales de vitaminas.
Me sonrió. —Tuve que sentarme en una presentación de treinta minutos
sobre la forma de medir los pies.
—Tengo un sombrero de zanahoria.
—¿En serio?
Asentí con la cabeza. Se aclaró la garganta. —Yo... Mira, ¿me estás evitando?
Quiero decir, si no quieres salir conmigo…
—Quiero salir contigo —le dije y era cierto, pero wow, la verdad sonó como
que realmente me gustaba. Y realmente me gusta. Me gusta mucho. Pero yo
no quería que me gustara mucho. Tenía miedo.
Además, tal vez debería haberle dejado terminar la frase. ¿Y si él iba a decir:
―Si no quieres salir conmigo, eso está bien conmigo porque yo no quiero salir
contigo‖?
—Oye —dijo gaston, tocándome el brazo—. Yo... también —miró hacia la salida
del centro comercial, y luego a mí—. ¿Quieres…?
Yo sabía lo que estaba pidiendo. Quería ir a besarse conmigo. Mi corazón
comenzó a martillar en el pecho. Quería darme un beso. Y ¡salir conmigo!
¿Por qué había estado evitándolo otra vez?
—¡rocio! —papá me gritó. Miré hacia atrás y lo vi agitando frenéticamente los
brazos hacia mí. Genial. Habló de mí sobre no tomar descansos y ahora...
Suspiré y volví a mirar a gaston. Tenía la cara roja. No tenía ni idea de por qué,
pero era lindo.
—Creo que será mejor que vaya —dije y empiezo a alejarme antes de que
papá decida gritar más, o peor, venir detrás de mí.
gaston agarró mi mano.
—¿Nos vemos mañana? —dijo, y la sonrisa que me dio cuando dije ―Está
bien‖, me envió flotando de vuelta al stand.
—¿Qué tiene de malo? —le pregunté a papá cuando llegué. Él había dejado de
agitar los brazos alrededor, pero me miraba muy fijamente.
—¿Era gaston la persona de la escuela con quien te encontraste el día en que
vendiste los caramelos masticables de chocolate?
—¿Qué? —¿Desde cuándo había desarrollado una memoria papá?
—Tú sabes, el día que vendiste el Perfect You especialmente formulado para
niños, los que tienen la canción. ―Elija Perfect You Chocolate masticable…‖
—Papá, no cantes. Y sí, vi a gaston ese día.
—Empezaste a organizar el espacio de almacenamiento de alrededor
entonces, ¿no?
—Creo que sí.
Me dio una mirada. —¿Ustedes dos tienen un asunto?
¡Los padres! —¿Un asunto? Papá, EW.
—¿Lo tienen?
—Vamos a salir mañana por la noche. No es gran cosa —quise decir, que lo
era, pero evidentemente no podía decírselo a mi papá.
—Eres mi hija. Todo lo que haces es una gran cosa. Y nada más de irse y salir
con los muchachos cuando se supone que estás trabajando, ¿de acuerdo?
—¡Papá!
Él me sonrió. —No soy tan tonto como parezco, ¿verdad? Ahora, ¿has visto
mi pluma?
Yo le devolví la sonrisa a él. —Está detrás de tu oreja, Einstein.
acostumbrado a hablar con él, incluso si era sólo para pretender que estaba
fastidiándome mientras pensaba cosas como, ―¡Te he besado! ¡Me has
besado!, pero él no me preguntó acerca de las tareas ni se entrometió en
ninguna de mis conversaciones, ni siquiera cuando las Jennifers estaban
hablando. De hecho, cuando Jennifer M. me preguntó si sabía
cómo le podía ir mejor por millonésima vez y yo le dije ―sobornando, gaston
aún no dijo nada. Ni siquiera sonrió.
No lo vi en el trabajo tampoco. Pensé en ir para ver si estaba
trabajando, pero, ¿y si lo estaba? ¿Qué le iba a decir? ―¿Hola, sé que dije que
no quería salir contigo, y sé que sólo preguntaste porque habías quedado
como un imbécil, pero la cosa es, que te extraño?
Además, no lo extrañaba. No exactamente, de cualquier manera. Extrañaba
besarme con él. Y escucharlo hablar sobre el trabajo. Y la forma en que
nunca se burló de mi pésimo trabajo, e incluso de mi papá. Y la forma en que
me sonreía.
Y la forma en que siempre me sentía con ganas de sonreír cuando estaba con
él.
Ni siquiera estaba aliviada cuando llegué a casa, porque las cosas eran tan
diferentes ahora.
. —Trabajar ahí es duro —digo—, con la escuela y las
tareas y cosas…
—Cosas, ¿qué tipo de cosas?
—Sabes, cosas normales —yo había asumido que mencionar que era difícil
trabajar e ir a la escuela al mismo tiempo llevaría a algo de dinero.
—¿Cosas normales?
Supongo que estaba equivocada
—Bueno, veo a gente de la escuela en el trabajo, y me da vergüenza y… —
podía ver que estaba perdiendo interés porque ella asumía que papá dando
vergüenza era algo dado—. Está este chico. O estaba. Y no quiero volverlo a
ver…
—¿Un chico? ¿Por qué no quieres verlo?
—Estábamos, algo así como… saliendo —dije, porque sabía que ―besándonos
detrás del centro comercial no funcionaria con la abuela—. Y ya no lo
estamos.
—¿Por qué?
—Porque… sólo porque sí.
—Esa no es mucha razón, querida…
—Supongo que simplemente no soy el tipo de chica con la que los chicos
quieren estar. ¿Está bien?
Esperé a que la abuela dijera algo, pero ella simplemente se quedó viéndome
un rato.
—Quiero decirte algo —dijo finalmente, su voz baja—. Si tú te dices a ti
misma que no eres alguien, que no puedes convertirte en alguien ¿sabes qué?
Se convertirá en verdad. Tú tienes que decidir quién eres y qué puedes hacer
y luego ir tras lo que quieres. Porque, créeme, nadie te lo va a dar a ti.
—Abuela…
Ella me palmeó el brazo. —Piensa en ello, cariño, ¿está bien? El mundo te
noqueará lo suficiente. No tienes que hacerlo tú misma…
Después que ella se fue, llamé a mery porque no quería pensar en lo que la
abuela había dicho. Sólo necesitaba hablar con una amiga. Necesitaba hablar
con mi mejor amiga.
—Hola —dijo cuando contestó—.
—¿Cómo está pablo? —dije,
Resultó que Sam había pasado la tarde con otra después de haberle dado un
aventón a su casa al salir del colegio.
—¿Qué crees que signifique? —preguntó mery.
Tenía la impresión de que este momento no era el mejor para decir lo que
pensaba de pablo —¿Qué crees tú que signifique?
—Que se estuvieron besando.
—Entonces, tal vez deberías decirle algo a él…
—¿Como algún tipo de novia celosa? Yo ya sé cómo es él con cosas así. —
Sonaba enojada.
—Lo sé. Pero… bueno, ¿no crees que mereces algo mejor?
—¿Quién podría ser mejor que pablo? Él es el chico con quien todas quieren
estar…
—Yo no lo quiero.
—Tú sabes a lo que me refiero. Gente que tiene una oportunidad con él…
Alejé el teléfono de mi oreja y lo miré fijamente. ¿Acababa ella de decir lo
que pienso que dijo?
—¿rocio? —su voz estaba débil—. rocio ¿estás ahí? No quise decirlo como
sonó, lo juro ¿rocio?
—Estoy aquí. —Dije, mi voz estaba dura.
—No te enojes conmigo, ¿bien? Hoy con mi mamá fue… fue difícil, rocio.
Además, están todas las cosas con Sam, todo está muy difícil para mí en este
momento.¿Me perdonas? —ella sonaba tan
triste, preocupada incluso, y por mí.
—Sí, por supuesto —dije, mayoritariamente sintiéndolo, y completamente
sintiéndolo cuando ella dijo: —Gracias, rocio. Tú siempre me haces sentir
mejor. Eres una verdadera amiga, lo sabes. La mejor.
—¿De verdad? —dije, sobrecogida. ¡Ella acababa de decir que yo era su mejor
amiga de nuevo!
—Síp.
Tomé un respiro profundo. Ella acaba de decir lo que me había estado
muriendo por oír, y yo… bueno, ahora podía preguntarle esto. —Mira,
hablando de pablo… él ha… ¿él dijo algo acerca de lo que pasó en la fiesta?
¿Con gaston y yo, me refiero?
—No. Bueno, él sabía lo que pasó, por supuesto, porque Jennifer de hecho
fue corriendo hacia él y dijo que él tenía que ser el primero en saber. —Se
rió—. Si tratara un poco más duro, juro que explotaría. Es patético lo que
algunas chicas harían para tratar de conseguir que pablo las notara
—¿Pero gaston no dijo nada? —yo no sabía si eso era bueno o malo.
—No, pero tú sabes cómo es gaston, , toda su vida es básicamente
escapadas aleatorias. Así que, ¿por qué lo mencionaría, sabes?
Sentí mi corazón hundirse. Malo. Definitivamente malo.
—Además —dijo —, pablo dice que todo de lo que gastonhabla es ese
negocio que sus mamás tienen. Lo vuelve loco. Oh, ese es él en la otra línea.
Tengo que colgar, ¿bien?
—Seguro —dije, pero ella ya se había ido.
Pensé en todo lo que Anna me había dicho en la escuela, y estaba bastante
deprimida porque había pasado mucho tiempo, especialmente desde que gaston
no había hablado de nuevo conmigo. Me dije a mí misma una y otra vez que
sabía exactamente lo que gaston y yo éramos, no una pareja, ni nada, pero me
daba cuenta de que realmente era sólo otra relación que me lastimaba más
de lo que pensaba que podría. O quería.
En el trabajo, acabé sola la mayor parte de la tarde porque papá había
decidido dirigirse a los grandes almacenes nuevamente.
Pensar en la clase de bilogía me hizo pensar en gaston. Me preguntaba cómo le
habría ido en la prueba, y si estaba en el trabajo. Entonces me dije a mí
misma que dejara de pensar en él.
No funcionaba.
Era mucho sobre lo que pensar, y cuando papá finalmente volvió, dije: —Me
voy a tomar un descanso —y me fui.
Me dirigí al patio de comida, pero el olor de la pizza me hizo pensar en gaston y
terminé parándome fuera de ahí y mirando ciegamente un escaparate.
Tenía que dejar de pensar en gaston. Conseguí lo que quería cuando lo rechacé,
cuando terminé las cosas antes de que pudieran acabarme, y tenía los
recuerdos de liarme con él encima de eso.
Debería haber sido suficiente. Debería haber sido feliz con eso. Pero no lo
era.
Estaba enojada.
Tan pronto lo pensé, me di cuenta que era cierto. Estaba enojada. ¿Por qué
Gaston me había dejado plantada? ¿Por qué no podía simplemente ignorarme?
¿Por qué tenía que hacerme pensar que iba a pedirme salir de verdad?
¿Por qué me hacía pensar que le importaba?
Él no tenía que hacerlo. De hecho, nadie apuntaba un arma a su cabeza y lo
hacía besarme en primer lugar. Nadie lo forzó a salir esa noche de la casa de
Jennifer. Fue él quien me preguntó si iba a ir, después de todo, ¿y ahora no
podía molestarse en hablarme? ¡Yo era la que tenía todas las razones para
ignorarlo! Es decir, acabé hablando sobre el CLIMA por él.
Cuanto más pensaba sobre eso, más quería saber por qué había hecho lo que
hizo. Y no podía lastimarlo... pedir perdón, tampoco.
Además, aparte de todo lo que había pensado y sabía, yo... bueno, quería
verlo.
Así que fui a su trabajo. gaston estaba ahí, parado en el departamento de
calzado hablando con dos vendedores de alrededor de la edad de mi papá.
Me vio entrar en la tienda.
Lo sé porque me miró directamente. Y después, se dio la vuelta, y se marchó.
Los hombres mayores me miraron, y se giraron de espalda de él, sonriendo.
—gaston, ¿a dónde vas? —dijeron, con risa en sus voces, pero gaston siguió
caminando, dirigiéndose fuera de mi vista.
Los hombres mayores me miraron nuevamente.
—Hey, ¿qué le hiciste? —preguntó uno de ellos.
—No hice nada. Aún.
Ambos rieron, y decidí que me gustaban. —¿Pueden traerlo para mí?
—Esto debe ser bueno —dijo uno sonriendo, y el otro asintió antes de
gritar—, ¡Hey, gaston, la chica de la que escapaste está aquí esperándote!
Estuvimos de pie por un momento, y después se encogió de hombros y
dijo: —Supongo que no vendrá.
¿Esto era lo que iba a conseguir de él? Por favor. —¿Por qué no van a
buscarlo? Y cuando lo hagan, díganle que puede fingir que mi hermana no
está embarazada todo lo que quiera, pero cuando el bebé venga y tenga sus
dedos unidos*, no necesitaremos ninguna prueba de paternidad.
me miraron, y me refiero a que realmente me miraron. Bocas
abiertas, ojos abultados, sin palabras.
—Uh —dijo, y luego escuché una risa proveniente de la parte trasera
del departamento de calzado, cerca de una puerta que claramente daba a un
almacén. La risa de gaston. No la había oído en un tiempo, y era agradable oírlo
reír. Saber que todavía podía hacerlo reír.
¡No! ¡Estaba aquí para ser fuerte! ¡Para obtener respuestas y una disculpa!
—Disculpen —dije, y me dirigí al almacén.
Gaston dejó de reír cuando entré en el almacén, aunque una sonrisa todavía se
arqueaba en las comisuras de su boca. —No sabía que tenías una hermana.
—Yeah, bueno, es difícil para ella salir, con el bebé que viene y todo.
—Correcto. ¿Así que ellos corrieron a decirles a todos?
—Eso creo. Ellos se parecían a las Jennifers como hacen siempre cuando han
oído algo bueno.
Él rió. —No lo pensé nunca, pero lo hacen, ¿no? —empezó a dar un paso
hacia mí, después se detuvo—. ¿Qué estás haciendo aquí, rocio? ¿Pelear
conmigo en la escuela no fue suficiente? ¿Quieres hacerlo otra vez sobre el
interfono de la tienda o algo así?
—Probablemente debería —dije. Él suspiró, pareciendo herido.
—No hagas eso —dije, porque había esperado que luciera enojado, no
afectado—. No actúes como si nada de esto te molestara. Tú eres el que vino
detrás de mí en la fiesta de Jennifer y después actuó tan extraño en la
escuela que tuviste que invitarme a salir para que la gente no creyera que
eres un total imbécil.
—Espera, ¿has mencionado una cita?
—Supongo que debería haber hablado más despacio —murmuré—. Contaste
con que esos gestos pudieran distraerlos.
—No, espera —dijo él—. ¿Qué significa exactamente invitarme a salir?
—Sabes lo que significa —dije—. Y quiero saber por qué sólo no podías
dejarme sola.
—Mira, siento que mi humillación haya sido difícil para ti, pero ¡mensaje
recibido! No quieres salir. Lo entiendo.
—¿Tu humillación? ¡Tú fuiste el que fingió invitarme a salir!
—¿Quién dijo que estaba fingiendo?
—Oh, por favor. Fue obvio.
—Siento no invitarte a salir de una manera más aprobada por rocio, pero
quise decir eso.
—Seguro que lo hiciste.
—Lo quise decir, rocio —dijo, y me miró como lo hacía justo antes de
besarme, una mirada que había pensado que significaba algo. Una mirada
que había pensado que tal vez realmente le gustara.
—Bien —dije, furiosa otra vez. ¿Por qué tenía que hacerme esto a mí? ¿Por
qué tenía que hacerme pensar que yo le importaba?—¿Cómo es? Como,
¡totalmente quiero salir contigo! ¿Esa es una respuesta apropiada, o debería
empezar a gritar como si gané la lotería también?
—No te molestes —dijo a través de los dientes apretados, el aspecto que
había estado usando antes de reemplazarlo por una de total frustración—.
No quiero salir contigo cuando es obvio que no quieres salir conmigo.
—Lo sabía —dije, y para mi horror, sentí un fuerte escozor en mi garganta y
detrás de mis ojos—. Yo sólo... no importa. Esto fue estúpido.
Él me miró, y ahora lucía sorprendido y un poco preocupado, como si
hubiera comprendido algo. —Voy a ir a tu casa alrededor de las siete el
sábado —dijo él—, si quieres salir conmigo, sólo tienes que estar allí. ¿Bien?
—No sabes dónde vivo.
—¿Cómo lo sabes? —dijo él, y después se inclinó y me besó.
Volvía al trabajo con mis orejas zumbando por el shock de sus compañeros de trabajo—y
después sus risitas—Cuando nos hallaron a mí y a gaston en el almacén. Y el
resto de mí estaba hormigueando por todos los besos.
Y por el hecho de que tenía una cita. No era la gran cosa, ni nada. Sólo era
una cita. Con gaston.
¡Tenía una cita con gaston!
Yo estuve muy entusiasmada acerca de mi cita durante media hora, y luego
empecé a enloquecer. Pero entre la escuela y el trabajo y las rarezas en casa,
no tuve mucho tiempo para preocuparme.
Casi significaba que todavía tenía algo de tiempo y, sin embargo, resultó que
había mucho de qué preocuparse. ¿Qué iba a usar? ¿Estaba bien algo de lo
que yo poseía para una cita? Y, ¿qué pasa con mi pelo? ¿Debía tratar de hacer
algo con él, como atarlo? Pero, ¿y si haciendo eso hago que mis orejas luzcan
grandes o que mi cara parezca torcida?
¿Qué pasaba si mi cara estaba torcida?
Y, lo más importante, ¿qué es lo que ―cita‖ en realidad significa? ¿Era una cita
real? ¿O era una por piedad, para compensar la forma en que me había
tratado en la escuela?
Yo no quería una cita por piedad, pero estaba bastante segura de que esta no
era una, aunque estaba también segura de que no lo había querido decir
primero cuando realmente me invitó a salir en la escuela. Pero cuando él me
invitó a salir otra vez, nadie nos había visto o le hizo sentir que tenía que
hacerlo, así que lo hizo realmente. A pesar de que había ocurrido sólo
después de que había sido básicamente acorralado en el trabajo.
La verdad era que yo no sabía qué pensar. Así que lo evitaba.
Sabía que era la peor clase de estúpida, pero no podía evitarlo.
Quería algo en mi vida que no se terminara o fuera extraño o ambas
cosas. Quise fingir que mi vida era normal, que yo era normal.
Además, tenía muchas ganas de salir con gaston.
Naturalmente, ya que esta no era yo, no funcionó, y la noche del viernes, gaston
llegó por al stand.
—Oye —dijo gaston—. No te he visto mucho por alrededor.
—He estado ocupada —le dije, y luego añadí—, en casa y esas cosas, ya
sabes. —Ya que era evidente que no había un enjambre de clientes acudiendo
alrededor de la cabina.
—Claro —dijo, y dio unos golpecitos con los dedos sobre el mostrador. Hoy,
su etiqueta con su nombre, decía NO HAY YO EN EQUIPO*.
—Linda etiqueta de identificación —le dije, desesperada por cambiar de tema
a algo ―cualquier cosa‖ que no estuviera remotamente relacionada con la cita.
—Conseguimos el ―no hay yo en equipo‖ ayer —dijo, sonriéndome—. Fue
muy motivador. Hubo incluso un video.
—Hey rocio —gritó papá, que apareció al final del pasillo que conducía hacia
fuera a la parte principal del centro comercial, como si de alguna manera el
universo supiera que quería que estuviera aún más incómoda y
avergonzada—. ¿Tenemos todavía más de los Geles de Ajo? Sé que tenemos
abajo nuestra última botella.
Negué con la cabeza hacia él, y sentí mi cara enrojecer cuando gaston echó un
vistazo a todas las botellas de los geles de ajo apilados en la parte superior
de la vitrina.
—Táctica de venta —le dije.
Para mi sorpresa, no se rió, sólo dijo: —Hacemos algo como eso cuando
tenemos los zapatos que no podemos vender. Las etiquetas que dicen ―¡Sólo
unos cuantos pares a la izquierda!‖ y esas cosas.
—Oh —dije, sorprendida porque estaba siendo tan fresco sobre mi padre, lo
que significaba que mi padre decidió regresar en ese momento y
avergonzarme más.
—. ¡Hola,compañero empleado del centro! Trabajas en el mall, ¿verdad?
gastonasintió con la cabeza.
—Me lo imaginaba —dijo papá, como si darse cuenta del uniforme de gaston
fuera un logro importante—. Te ves familiar.
—He estado aquí antes —dijo gaston, y le tendió la mano—. gaston.
Papá se la estrechó, con el rostro iluminado. —¿gaston? ¿Es tu padre, Dan
? Porque si lo es, me encantaría hablar con él acerca de hacer una
promoción con su concesionario de Ford, porque…
—Mi padre es pescador.
—¿En serio? —Dijo papá—. Yo no sabía que había pescadores aqui.
Quiero decir, está el lago, pero es tan pequeña y oigo que la contaminación…
—Él vive en Alaska.
—Oh, eso tiene más sentido —dijo papá—. Hay muchos peces allí. De hecho,
una vez conocí a un chico que trabajaba en una fábrica de conservas en
Alaska y me dijo que…
—Papá —le dije, interrumpiéndolo—, gaston tiene que regresar a trabajar.
—¿Tengo? —dijo gaston, y luego me miró—. Oh, claro. Yo tengo.
¿estaría bien si rocio regresara a mi trabajo conmigo?
—Por supuesto —dijo papá—. De hecho, he estado tratando de sacarla de
aquí últimamente, pero ella sigue insistiendo en que no puede tomar un
descanso, que creo que no es saludable, pero…
—Papá —le dije otra vez. ¿Es posible morir de vergüenza? Porque si lo fuera,
yo estaba por hacerlo.
—Está bien, voy a estar tranquilo —me dijo papá, y entonces le dijo a gaston—,
qué etiqueta de identificación tan agradable, por cierto. Muy creativo.
—Gracias —dijo gaston.
—Muy bien, vamos ahora —le dije, mirando a papá. Días de fingir que me
importaba la escuela y sentarse en la cabina estúpida para nada, y ahora
tenía una nueva preocupación. ¿Qué pasa si, después de todo lo que acababa
de suceder, gaston decidió suspender la cita?
Miré por encima de él. Miraba al frente, sin mirarme. Genial. Definitivamente
me iba a decir que la noche del sábado estaba cancelada.
Supuse que sería mejor tratar la situación como un vendaje y simplemente
rasgar. Y terminarlo todo. Terminarlo antes de que yo pasara más tiempo
pensando en lo mucho que quería ir con él.
—Mira, acerca del sábado… —le dije.
—Es por eso que me estás evitando, ¿verdad?
—¿Qué quieres decir? —yo no había esperado que él se diera cuenta.
—Bueno, no te he visto desde que te invité a salir, así que...
—He estado en la escuela —dije, y cuando gaston me dirigió una mirada
extraña, añadí—, bueno, yo he estado ahí. Y luego está el trabajo. Además,
todo en casa ha sido una locura. Como, en serio loco. Es decir, conociste a mi
padre. Ahora imagina toda una casa llena de gente así.
—Tu papá me parece bien. Y apuesto a que nunca te haría ver un video sobre
el trabajo en equipo.
—No, sólo los infomerciales de vitaminas.
Me sonrió. —Tuve que sentarme en una presentación de treinta minutos
sobre la forma de medir los pies.
—Tengo un sombrero de zanahoria.
—¿En serio?
Asentí con la cabeza. Se aclaró la garganta. —Yo... Mira, ¿me estás evitando?
Quiero decir, si no quieres salir conmigo…
—Quiero salir contigo —le dije y era cierto, pero wow, la verdad sonó como
que realmente me gustaba. Y realmente me gusta. Me gusta mucho. Pero yo
no quería que me gustara mucho. Tenía miedo.
Además, tal vez debería haberle dejado terminar la frase. ¿Y si él iba a decir:
―Si no quieres salir conmigo, eso está bien conmigo porque yo no quiero salir
contigo‖?
—Oye —dijo gaston, tocándome el brazo—. Yo... también —miró hacia la salida
del centro comercial, y luego a mí—. ¿Quieres…?
Yo sabía lo que estaba pidiendo. Quería ir a besarse conmigo. Mi corazón
comenzó a martillar en el pecho. Quería darme un beso. Y ¡salir conmigo!
¿Por qué había estado evitándolo otra vez?
—¡rocio! —papá me gritó. Miré hacia atrás y lo vi agitando frenéticamente los
brazos hacia mí. Genial. Habló de mí sobre no tomar descansos y ahora...
Suspiré y volví a mirar a gaston. Tenía la cara roja. No tenía ni idea de por qué,
pero era lindo.
—Creo que será mejor que vaya —dije y empiezo a alejarme antes de que
papá decida gritar más, o peor, venir detrás de mí.
gaston agarró mi mano.
—¿Nos vemos mañana? —dijo, y la sonrisa que me dio cuando dije ―Está
bien‖, me envió flotando de vuelta al stand.
—¿Qué tiene de malo? —le pregunté a papá cuando llegué. Él había dejado de
agitar los brazos alrededor, pero me miraba muy fijamente.
—¿Era gaston la persona de la escuela con quien te encontraste el día en que
vendiste los caramelos masticables de chocolate?
—¿Qué? —¿Desde cuándo había desarrollado una memoria papá?
—Tú sabes, el día que vendiste el Perfect You especialmente formulado para
niños, los que tienen la canción. ―Elija Perfect You Chocolate masticable…‖
—Papá, no cantes. Y sí, vi a gaston ese día.
—Empezaste a organizar el espacio de almacenamiento de alrededor
entonces, ¿no?
—Creo que sí.
Me dio una mirada. —¿Ustedes dos tienen un asunto?
¡Los padres! —¿Un asunto? Papá, EW.
—¿Lo tienen?
—Vamos a salir mañana por la noche. No es gran cosa —quise decir, que lo
era, pero evidentemente no podía decírselo a mi papá.
—Eres mi hija. Todo lo que haces es una gran cosa. Y nada más de irse y salir
con los muchachos cuando se supone que estás trabajando, ¿de acuerdo?
—¡Papá!
Él me sonrió. —No soy tan tonto como parezco, ¿verdad? Ahora, ¿has visto
mi pluma?
Yo le devolví la sonrisa a él. —Está detrás de tu oreja, Einstein.

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