sábado, 15 de octubre de 2011

DEJANDO EL PARAISO CAPITULO 3

--estás bien? —mi prima me pregunta
—Sí, excepto que estoy temiendo mi clase de trigonometría con la Señora Glassman.
—¿Así que no te estás volviendo loca?
—He escuchado que es dura, pero puedo…
—Yo no estoy hablando de gaston, rocio. Me refiero a que Gaston estará en la escuela hoy. ¡Duh!
Pierdo el control sobre el libro que estoy sosteniendo. —¿Qué?
—Está en la oficina del director
Espera. Un. Minuto. —Me dijeron que no iba a volver a la escuela —mamá me dijo esta mañana que lo escuchó en el restaurante.
—Obviamente escucharon mal, porque ella lo vio —me asomo por el pasillo J.
—Creí que habías dicho que verlo no era importante. —¿Has oído? —dice cuando le regresa la respiración.
—Lo sabe —ella dice con su mano en la cadera. Pero ella dice que no es gran cosa. La chica tiene serios problemas de rechazo.
Olvidando mi casillero, empujo la masa de libros en su interior. Todavía
estoy sentada en el suelo de baldosas duras, pero no confío en mí misma de pie sin hacer una escena más grande.
. Porque Gaston —otra vez— es una gran cosa. La más grande. Y no puedo hacer nada más que sentarme aquí y jugar a la chica afectada
. Cuando estábamos en la escuela primaria, Gaston tenía una cinta por obtener el mejor promedio en el semestre de sexto grado. Estaba orgulloso, así que debería haber visto la enorme sonrisa en su rostro mientras le entregaron la cinta.
Gaston no contaba con las bromas de sus amigos para mostrar con orgullo su estante de trofeos deportivos. Ellos comenzaron a llamarlo por sobrenombres y lo acusaron de tener un romance secreto con nuestra profesora de inglés de trescientas libras.Después de eso,Mery me dijo que le dio a ella la cinta. Las calificaciones de Gaston cayeron y nunca recibió otra cinta. El alivio en su cara cada vez que se lo entregaban a otra persona era tan evidente. Bueno, obvio para mí.
Gaston
Vi a mi hermana sentada sola. Ella solía sentarse con Rocio y sus otras amigas, riendo y flirteando con mis amigos. Un año había pasado.
Chico, como habían cambiado las cosas. Nadie ni siquiera miraba en la dirección de Mery ahora.
Rocio
Encontré una carta del programa, no un paquete. Rasgo el sobre para abrirlo, con un pequeño corte mientas deslizo mi dedo entre los pliegues. No me importa eso. Éste es mi boleto de salida, mi oportunidad de conseguir alejarme de Gaston y Paradise. Tiempo para olvidar el accidente y conseguir un espíritu de independencia y anonimidad
Gaston
—¿Crees que las cosas volverán a lo normal alguna vez? —pregunta Mery, con esperanza llenando su voz.
—Mejor será —voy a pasar mis días intentándolo, empezando ahora mismo con mi hermana. Está a punto de volver a la cocina, pero no la dejo escapar—. ¿Alguna vez hablaste con, ya sabes, Rocio?
Ella se congela, luego sacude su cabeza lentamente.
—¿No desde el accidente?
Sacude su cabeza de nuevo.
—No quiero hablar de ello, Gaston. Por favor no me hagas hablar de ello. No ahora.
—¿Cuándo, entonces? —no contesta—. Algún día vamos a hablarlo,Mery. No puedes evitar la conversación para siempre —me pongo la chaqueta, agarro un balón de baloncesto del garaje y me dirijo fuera. Evito incluso mirar a la casa de rocio conforme me dirijo al parque en la dirección contraria. Necesito lanzar algunas canastas para despejar mi cabeza. Noto una luz encendida en la habitación de rocio, el resplandor de las cortinas cubriendo su ventana. Tengo clase de informática con ella, pero normalmente me siento atrás mientras que ella toma asiento en primera fila. Mantengo mi cabeza baja porque los chicos en clase analizan cada movimiento mío. Cuando el timbre suena, rocio es la primera en salir… a veces creo que sale de ahí antes de que el timbre incluso suene. ¿Cree que es la única afectada por el accidente?
Rocio
No puedo dormir después de mis pesadillas y tengo que tener la luz encendida para mantenerme despierta Esta pesadilla era diferente. Era Eugenia quien conducía el coche, no Gaston. En todas mis otras pesadillas, era Gaston quien estaba al volante del coche que me golpeó. Supongo que es porque vi a Eugenia hablando con Gaston ayer en la cafetería. Él no me vio porque me siento al lado de las puertas para que yo pueda salir tan pronto como haya terminado de comer
Gaston no tiene miedo a la atención. Él se dirigió directo a la cafetería ayer, con la cabeza en alto como si fuera el propio director. Luego fue hasta eugenia y le dijo algo para hacerla sonreír. Juro que todos en la sala
estaban en silencio, observándolos reunidos. ¿Sabe que nico y eugenia son pareja? La forma en la que gaston se quedó mirando su trasero cuando ella se alejó de él, me hace pensar que está ajeno a lo que ha estado pasado desde que estaba en la cárcel. Algunas cosas no han cambiado.
Yo tiré por las cortinas de mi ventana y miré a la ventana de Gaston. Pasa un poco de las 3 a.m. Él está probablemente durmiendo como un bebé sin ningún problema en el mundo Pero no es así. Su luz está encendida y veo su silueta paseando por su habitación. Dejo caer las cortinas para cubrir la ventana, apagar la luz, y volver corriendo a la cama.
Yo no puedo caer en viejos hábitos, no ahora, después de todo lo que pasó.
La realidad es que yo estaba enamorada de gaston desde primer grado.
Solía burlarse de mery y de mi cuando jugábamos con nuestras Barbie’s disfrazándolas. Pero cuando necesitábamos a un niño para hacer un papel en uno de nuestros espectáculos, siempre podíamos obligarle a hacerlo. Y si habíamos hecho un espectáculo de ballet, podíamos contar con él para ser un miembro de la audiencia mientras hacíamos unos jeté'd plié'd con sentimiento delante de él.
Pero cuando me enamoré perdidamente de Gaston estaba en sexto grado, fue cuando asumió la culpa después de que yo rompiera la estatua de cerámica de su madre que le había dado a su tatara-tatara-abuela alguno de los ex-presidente de los EE.UU.
mery estaba arriba y yo estaba esperándola en la sala de estar ya preparada. Íbamos ir a jugar al tenis en el parque. gastonme sorprendió volando por las escaleras con un sable láser de Star Wars en la mano, de manera desafiante. Me reí y puse mi raqueta hacia arriba como un arma, retándolo. Él vino a mí con el sable, y yo balanceé mi raqueta para protegerme de su ataque. Conté con golpear el sable, no el búho de cerámica que estaba en el aparador de su madre.
Su madre escuchó el choque y vino corriendo. Gaston dijo que fue culpa suya, que estaba jugando con el sable. Nunca me nombró como quien rompió la estatua, ni siquiera me nombró como su cómplice. Yo estaba muy asustada en ese momento para decir la verdad, incluso cuando yo sabía que
estuvo castigado sin salir de casa durante un mes entero. Sin darse cuenta, se convirtió en mi héroe. Después de eso, yo solía ver a Gaston a través de mi ventana cuando jugaba a la pelota con sus amigos o hacían reuniones de Boy Scouts en su patio trasero. Cuando estábamos en séptimo grado empezó a cortar el césped mientras escuchaba música. No podía concentrarme en mi tarea, mientras lo observaba zigzagueando yendo y viniendo por el césped con la cortadora de césped, notando sus músculos a través de su camiseta mientras él juntaba la hierba cortada y la empujaba a las bolsas de basura.
A veces me cogía mirándolo y me saludaba. A veces intentaba saludarlo de vuelta, pero luego cerraba las cortinas y las mantenía cerradas durante una semana por lo que nunca supo lo que yo realmente sentía por él. Otras veces yo hacía como si no lo viera, aunque supongo que él sabía que yo lo había estado espiando.
Gaston nunca me dejó ver que yo le gustara como más que un amiga. Eso estaba bien por mí. Yo guardaba la esperanza de que algún día me viera como una chica y no como la molesta amiga de su hermana gemela.
Él tuvo muchas novias durante años, pero nunca tomó en serio a ninguna de ellas.
Hasta eugenia
Comenzaron a salir en el inicio de nuestro primer año. eugenia estaba en su casa todos los días después de la escuela, eran inseparables desde el principio. Cada vez que yo echaba un vistazo por la ventana y los veía en un íntimo abrazo, mi corazón lleno de esperanza se derrumbaba poco a poco. Eso fue también cuando mi papá se fue. Así que ahí estaba yo, desesperada esperando que mi papá y Gaston me amaran tanto como los amaba yo.
¿Qué podía hacer yo para que alguno de los dos me amara de vuelta? Lo única cosa en la que era buena era en tenis. Así que practicaba, jugaba y me desafiaba a mi misma todos los días durante el verano entre nuestro primer y segundo año. Seguramente, una vez que gaston viera que yo era la única estudiante de segundo año en el equipo de las mejores jugadoras de la escuela, me notaría.
Esa temporada fue también cuando gaston perdió su virginidad con eugenia.
Una vez, sólo una vez, los vi teniendo sexo una noche bajo una manta en su patio trasero. Nunca se lo dije a nadie, aunque yo hubiera jurado que gaston había mirado a mi ventana y me había visto observando.
Él nunca me dijo nada al respecto. Y yo nunca se lo dije a mery. Ella estaría asqueada de todos modos. De hecho, después de eso me sentía tan avergonzada que dejé de ver a gaston.
Continúo con la noche del accidente en mi cabeza. La conversación que tuve con gaston antes del accidente y las historias que escuché acerca de ello después. Era obvio que estaba borracho, los policías que lo arrestaron le hicieron una prueba de alcohol inmediatamente después de admitir que me golpeara con su coche. ¿Pero estaba tan borracho que no sabía lo que estaba haciendo? ¿Y qué si él odiaba lo que le dijera aquella noche? Era la verdad. Su novia lo engañaba. —Estás mintiendo —había dicho aquella noche.
Estaba decidida a no dejar que se fuera antes de decirle.
—No es verdad, gaston. Juro que la vi con otro chico. —no añadí que el otro era su mejor amigo.
Me agarró de los hombros con tanta fuerza que hice una mueca. Gaston no me había puesto la mano encima antes. Su rudo toque hizo que las lágrimas bajaran por mis mejillas.
—Te quiero —le dije—. Siempre te he querido. —dejé que mi miedo acerca de decirle la verdad de mi amor por gaston saliera esa noche—. Abre los ojos, gaston. eugenia está jugando contigo como un tonto.
Sacó las manos de encima de mí como si estuviera en el fuego y se le quemaran. Luego dijo algo que nunca olvidaré.
—No lo entiendes, ¿verdad rocio. Tú y yo nunca sucederá. Ahora deja de difundir mentiras sobre mi novia antes de salir lastimada.
Esta advertencia ha hecho eco de mi cabeza desde ese día hasta ahora. La
parte lógica de mi, sabe que fue un accidente. Por supuesto que no tenía intención de perder el control de su coche. Pero en los oscuros huecos de mi mente hay una pequeña duda que aparece de vez en cuando. Finalmente concilio el sueño, pero no un sueño reparador, porque mis sueños están obsesionados con el hecho de que no voy a ser capaz de escapar de Paradise e ir a algún lugar lejos—donde el pasado no me pueda atrapar.

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