ROCIO
veo que se acercan mis amigas.
- Ay madre, ¿estás bien? -pregunta, apartándose un poco y mirándome detenidamente.
- Dicen que PABLO te protegió. Qué valiente es. Tienes mucha suerte, ROCHI -añade, haciendo rebotar sus exclusivos rizos con cada palabra.
- No ha sido para tanto -digo, preguntándome qué diferencias habrá entre el rumor que circula y lo que sucedió en realidad.
- Todavía no puedo creer que te hayan puesto con GASTON -dice en voz baja cuando encuentro un sitio libre a su lado.
- ¿Quieres cambiar de compañero? -pregunto, aunque sé que la PROFESORA nunca daría su aprobación. Lo ha dejado bien claro.
saca la lengua en un gesto de asco y me susurra:
- Ni loca. No quiero tener nada que ver con los de la zona sur. Mezclarte con esa gente solo trae problemas. Acuérdate del año pasado, cuando luna salió con uno de esos tíos... ¿Cómo se llamaba?
- ¿Jaime? —añado en voz baja.
- En cuestión de semanas pasó de ser popular a convertirse en una marginada. Las chicas de la zona sur le cogieron manía por salir con uno de sus chicos, y al final, también dejó de salir con nosotras. La estrafalaria parejita se quedó completamente aislada. Por suerte, rompió con él.
- Estás metida en un buen lío -anuncia lali
- ¿Por qué?
lali posee una visión y un oído fuera de lo común: se entera de todo lo que ocurre
- Se rumorea que daniela te está buscando -dice mi mejor amiga.
Oh, no. Daniela es la novia de gaston. Intento mantener la calma y no pensar en lo peor, pero danielaes dura de pelar, lo dice su aspecto, desde sus uñas pintadas de rojo hasta sus botas negras de tacón de aguja. ¿Está celosa porque soy la compañera de laboratorio de gaston o cree que he sido yo quien le ha contado al director?
La verdad es que no he tenido nada que ver con el asunto. Me han citado en el despacho porque alguien ha sido testigo del incidente en el aparcamiento y del encontronazo en la escalera del instituto y ha ido a contárselo al director. Lo cual ha sido una estupidez porque no ha ocurrido nada.
daniela puede acabar conmigo en cuanto se lo proponga. Probablemente sepa manejar armas, y la única arma que yo sé utilizar son mis pompones. Llamadme loca si queréis, pero dudo que mis pompones puedan ahuyentar a una chica como daniela.
No represento ninguna amenaza. Pero ¿cómo se lo hago saber? No es que pueda acercarme a ella como si tal cosa y decirle: «Eh, daniela, no voy a insinuarme a tu novio, ¿quién sabe?, puede que funcionase...
La mayoría de la gente piensa que no hay nada que me perturbe. Tampoco quiero hacerles creer lo contrario. He sudado la gota gorda para mantener esta fachada, y no estoy dispuesta a perderla porque un pandillero y su novia quieren ponerme a prueba.
- No me preocupa -contesto a lali
- Te conozco,rochi. Estás nerviosa -susurra ella, negando con la cabeza.
Esa afirmación me pone más nerviosa que la idea de que daniela esté buscándome. Porque me esfuerzo mucho para guardar las distancias con todos... no quiero que sepan realmente cómo soy o lo que es vivir en mi casa.
- Señora Small, ¿podemos intentar la posición de Media T para el inicio en lugar de la posición T, como hemos hecho hasta ahora? -sugiero-.
La señora Small sonríe. Es evidente que le gusta mi sugerencia.
- Buena idea,
A medida que bailo con el resto del equipo, en una coordinación perfecta, me olvido de Daniela y de gaston, de mi madre y de todo lo demás.
candela está en mi grupo. Se agacha para darle un sorbo a su botella de agua.
- No te preocupes por daniela–dice-. Perro ladrador poco mordedor.
- Gracias -le digo.
- Estás en mi clase de química, ¿verdad? -le pregunto.
Ella asiente con la cabeza.
- ¿Conoces a gaston?
Asiente de nuevo.
- ¿Son ciertos los rumores que circulan sobre él? -pregunto con cuidado porque no sé cómo puede reaccionar ante mi curiosidad. Si no me ando con pies de plomo, acabaré teniendo una lista enorme de personas que quieren ir a por mí.
- Depende de los rumores a los que te refieras.
Cuando estoy a punto de recitar la lista de rumores sobre el consumo de drogas y los arrestos policiales, candelal se pone en pie.
- Escucha, rocio -dice-. Tú y yo nunca seremos amigas. Pero tengo que decirte que, pese a comportarse como un idiota contigo, gaston no es tan malo como se rumorea. Ni siquiera es tan malo como cree que es.
Antes de que pueda hacer otra pregunta, candela vuelve a colocarse en formación.
me pregunto si cree en todos los rumores que habrá oído sobre mí. No, nunca seremos amigas. Pero tampoco puedo decir que vayamos a ser enemigas para siempre.
Después de la práctica, voy de camino al coche con lali que está mandando un mensaje de texto a su novio, peter. Hay un trozo de papel bajo uno de los limpiaparabrisas. Lo saco y veo que es la papeleta azul de castigo de gaston. Lo estrujo y lo meto en mi mochila.
- ¿Qué es eso? -pregunta lali.
- Nada -digo, esperando que capte por mi tono de voz que no me apetece hablar del tema
Hay dos mensajes de voz y uno de texto. Todos de pablo.
Lo llamo a su móvil.
- ¿Todavía estás cabreada porque he amenazado al Latino Blood que tienes por compañero de laboratorio?
- No estoy mosqueada, aunque sí algo molesta. Te he dicho que podía arreglármelas sola y no me has hecho ni caso. Además, habéis montado toda una escena en el pasillo. Ya sabes que no pedí que me lo asignaran como compañero -le digo a pablo.
- Lo sé, rochi. Es que detesto a ese típo. No te enfades.
- No estoy enfadada -aclaro-. Pero no soporto ver que te pones así sin motivo.
- Y yo no soporto ver a ese típo susurrándote al oído.
Intuyo que va a empezarme a doler la cabeza, una migraña de las buenas. No necesito que pablo haga una escena cada vez que un chico me habla. - Olvidemos lo que ha pasado.
Preparo la cena de mi hermana y limpio todo el estropicio.
-
Hace mucho tiempo que pablo no me dice que me quiere. Ya sé que no es la persona más cariñosa del mundo.. Pero es algo que necesito oír de pablo. Quiero que me diga que me quiere, que me echa de menos, que soy la chica de sus sueños.
pablo carraspea antes de decirme:
- Nunca hemos tenido sexo telefónico.
Esta tarde, cuando leí la nota de gaston en la que hablaba de tener sexo duro, me esforcé por ignorar la extraña sensación que se me instaló en la boca del estómago. Lo que él no sabe es que soy virgen.
- ¿Sexo telefónico?
- Sí. Tócate, rocio. Y después me dices lo que estás haciendo. Eso me pone un montón.
- Y mientras me toco, ¿qué vas a hacer tú? -pregunto.
-. ¿Qué crees que voy a hacer, los deberes?
- Vamos, rochi -me dice pablo-. Piensa que es una práctica antes de que lo hagamos de verdad. Quítate la camiseta y tócate.
- pablo...-digo.
- ¿Qué?
- Lo siento, pero no me apetece. Al menos, ahora no.
- ¿Estás segura?
- Sí. ¿Estás enfadado?
- No -dice-. Pensé que sería divertido darle un toque picante a nuestra relación.
- No sabía que te aburrieras.
- Las clases... el entrenamiento de fútbol... los mismos sitios a los que vamos.. Son cosas que hacen que se te acelere el corazón y la sangre te circule muy rápido, ¿sabes? Es un puro subidón de adrenalina.
- Suena genial.
- Lo fue, rochi.
- Sí.
- Y estoy preparado para ese subidón de adrenalina... contigo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario