Ojala camilo no me hubiera seguido fuera de la suite. Oigo sus imponentes pasos detrás de mí antes de que agarre mi hombro y me gire para hacerle frente.
—Déjame solo —le digo, mis puños tensándose y preparados para dar golpes.
—No puedes irte cada vez que se ponga difícil, gaston.
—Mírame —digo toscamente como un par de tipos universitarios nos pasan.
—¿Quieres salir del programa? ¿Quieres ir a la cárcel?
—¿Es una amenaza?
—No me pongas a prueba, gaston. Y dame un maldito respiro. Dejo salir un suspiro y aparto la mirada de él. —Dame un maldito respiro, amigo. Sólo quiero estar solo.
—Estar solo no está bien.
—Lo está para mí —es mejor que ver a vicco y rocio empezar una relación justo enfrente de mis ojos. La forma en que corrió tras ella cuando huyó del salón me puso enfermo. No culpo al chico… pero tan seguro como el infierno que no necesito ver eso—. Me quedo aquí, lo entiendo. No tengo opción. ¿Pero puedes darme una noche de descanso de estar alrededor de todos? Una noche, camilo. No te matará… ni a mí —dejo salir un suspiro y digo tranquilamente—. Por favor.
Mi consejero de transición, el tipo que siempre ha sido un tipo duro de pelar y cuyo trabajo era forzarme por el buen camino, da un paso atrás. —Bien.
Estoy alucinado. Quizás no oí bien. —¿Qué significa eso?
—Significa que te daré permiso… para esta noche; permiso para estar solo y entender las cosas. Voy a llevar al resto del grupo a cenar con un grupo local de jóvenes y luego a una película.
Una noche sin tener que ser estoico y fingir que soy de piedra es un maldito milagro. Una noche sin tener que compartir mis secretos me hace sentir como un hombre libre.
.
. Quizás debería disculparme con rocio por lo de esta mañana. Sabía que le haría daño con el comentario del mirador. Nos pusimos como locos esa noche. Nadie sabía sobre nuestro tiempo secreto excepto la vieja Señora Reynolds, quien se fue a la cama después de cenar. Creo que sabía que rocio y yo estábamos progresando, y tengo la sensación de que no le importaba. Demonios, quizás de una forma nos ayudó a superar toda la mierda por la que habíamos estado pasando.
El problema es, que la noche en el mirador terminó conmigo intentando levantar la falda de rocio para que pudiera ver sus cicatrices.
rocio apartó mi mano. Ella no confiaba en mí. La noche más o menos fue cuesta abajo desde ahí.
. Me asomo a la habitación de las chicas. Hacer que rocio se enfade conmigo no es mi intención.
rocio está tumbada en una de las camas. vicco está sentado en la cama al lado de la suya. Están obviamente en una conversación intima, porque están solos y susurrando. Oh, mierda.
Me retiro y me dirijo de vuelta a la habitación de los chicos, contento de que no me atraparan viéndolos.
.
Ver a rocio y a vicco hablando en su cama no ha ayudado a mi apetito o humor, tampoco.
Me doy una ducha rápida para calmarme, luego me cambio a unos vaqueros y una camiseta. No tengo oportunidad de explicarme o disculparme con rocio, porque está demasiado ocupada hablando con vicco. La cosa es, que se merecen el uno al otro. Vicco es un chico decente. No puedo culparlo por ir por ella. rocio puede no ser el tipo de chica que destaca en una multitud o que tenga un cuerpo de modelo, pero una vez que llegas a conocerla, me refiero a conocerla de verdad, tan sólo la ves… es un libro abierto y es tan sincera que temes que cada palabra que salga de tu boca puede salir mal. Es alguien de quien no te tienes que preocupar de que te ponga los cuernos, como mi ex eugenia hizo. rocio es…
Tengo que dejar de pensar en ella. Es como torturarme sin razón excepto para enfadarme.
Después de que todo el mundo se vaya para la cena y cualquier festividad adicional que camilo haya planeado, necesito algo de aire. La suite es demasiado calurosa incluso con la ventana abierta de par en par.
Camino por el campus arbolado de la Universidad Freeman, intentando no pensar en cómo llegué aquí y que voy a hacer después de que este programa termine. No tengo nada por lo que mirar en el futuro.
Paso por un montón de chicos jugando a rugby en el patio. El lanzador no tiene puntería y el balón vuela en mi dirección.
Lo atrapo.
—Soy David. Escucha, . Mis compañeros y yo tenemos una pequeña reunión en nuestra fraternidad. Ven con nosotros.
—Sí. Vamos —uno de los otros chicos dice mientras pasa el balón el aire—.
Sigo a los chicos dos manzanas hasta que alcanzamos su fraternidad. Es una impresionante casa de tres pisos con 4 columnas en la parte de delante. Parece una puta mansión. Un puñado de chicos y chicas están saliendo al porche delantero. La música suena desde adentro.
—No soy realmente un estudiante —digo, luego tomo un sorbo de lo que sea que hay en el vaso. Cerveza. Cerveza fría. Estoy seguro de que camilo tiene alguna regla sobre beber, pero el alcohol sabe tan bien bajando por mi garganta que no estoy por tirarlo. El hecho de que sé que cuanto más bebo más dejaré de pensar sobre rocio y vicco sentados en su cama esta tarde enfrascados en una conversación es un bonus—. Me quedo en los dormitorios por un estúpido programa en el que me metieron.
—Hey, Davie —dice una chica rubia con un pantalón ajustado y un top de corte bajo. Termina la cerveza en su vaso de plástico, y tengo la clara sensación de que empezó la fiesta mucho antes que nosotros—. ¿Quién es tu amigo?
David cuelga el brazo en el hombre de la chica. —Caleb, ésta es uma. Es una de nuestras vecinas de la fraternidad y nuestra nena de la residencia. uma, muéstrale a mi hombre gaston un buen rato —se excusa con un guiño hacia mí.
La chica me mira de arriba a abajo, luego me muestra una amplia sonrisa con un vistazo de mostrar la lengua.
Toma mi mano y me lleva a una sala llena de gente al lado. Hay un barril y ambos llenamos nuestros vasos. Vaso en mano, empieza a mover su sexy cuerpo al ritmo de la música. Apresuradamente me bebo la cerveza y camino hacia ella. Nuestros cuerpos se oprimen juntos al ritmo de la música, y un pensamiento pasa por mi mente: esta noche necesito a esta chica.
Rocio
--gaston está aquí? —le pregunto a camilo mientras vamos de camino a la pizzería a unas cuantas cuadras fuera del campus. Dijo que un grupo de adolescentes de secundaria nos esperaría allí, así sus chicos pueden conversar con nosotros y escuchar nuestras historias.
—Va a quedarse por esta noche —dice camilo—. Creo que necesita tiempo para relajarse y pensar el por qué esta aquí.
Suspiro, sabiendo la verdad después de todo. —Él no quiere ser parte de este grupo.
—Sí, bueno, no obstante necesita estar aquí —dice camilo mientras su teléfono suena.
—Simplemente necesita controlar sus emociones. Mientras camilo atiende la llamada, vicco llega a mi lado. —¿Estás bien? —pregunta.
Asiento. —Estaría mejor si gaston no viniera con nosotros.
—También yo.
Le lanzo a vicco una mirada especulativa. —¿Por qué?
—Porque pareces molesta cuando él está cerca —se encoje de hombros tímidamente—. No me gusta verte molesta.
Pongo mi brazo alrededor de vicco y le sonrió. —Gracias por ser un buen amigo —le digo, apoyándome en su pecho mientras seguimos a los otros.
El pone sus brazos a mí alrededor. —No hay problema.
Es agradable saber que tengo a vicco aquí, durante la terapia física hablábamos un montón, y nos quejábamos de nuestro terapeuta físico.
—gastonno es un chico malo —le digo.
—Lo sé —dice vicco—. gaston es un buen tipo. Todos tenemos que meter la pata y cagarla para funcionar en algún momento. gaston solo la cago más que nosotros.
—Tu si pareces estar ocupándote mejor de tus problemas que la mayoría de nosotros en este viaje —le digo.
—Vamos, rocio. Ambos tenemos un estado de invalides obvia, que es diferente del resto de los que están en este viaje. Y ambos intentamos superar nuestras relaciones pasadas.
vicco se detiene y deja que los otros nos adelanten. —¿Puedes imaginarnos como una pareja? —me pregunta.
No estoy segura de si él está preguntándose cómo reaccionaría la gente al ver a una muchacha cojeando del brazo de un chico y juntos, o si realmente está preguntándose si puedo considerar salir con él.
Nunca he pensado en ello antes.
vicco es dulce.
Es lindo.
Es un buen chico.
Pero...
—Eso era una pregunta retórica, ¿no es así? —pregunto.
Él aparta el cabello de mi cara y lo deja detrás de mi oreja. —Quizás sí. Y, quizás no.
Él se inclina hacia adelante y sé que él va a besarme. Debería hacerlo, sin ninguna otra razón más que darle una oportunidad a vicco y demostrarme a mi misma que estoy abierta para estar con alguien además de gaston.
Sus labios encuentran los míos y envuelve sus brazos a mí alrededor. No es apasionado y ardiente como los besos de gaston, pero son buenos y seguros y cálidos y...
Lo aparto. —No puedo.
vicco parece triste. —Quizá no estamos listos para seguir después de todo.
Mi teléfono celular que está en mi bolso empieza a sonar. No sé si vicco tiene o no tiene razón. Me gusta vicco... siempre me ha gustado vicco. Es un gran chico que cualquier muchacha debería estar orgullosa de tener como cita.
¿Así que, por qué no puedo besar a vicco sin dejar de pensar en gaston?
Mi teléfono suena de nuevo Pero cuando miro la identificación de llamada, siento una sacudida de sorpresa.
Es mery, la hermana de gaston. Dejamos de ser amigas después del accidente, pero después de que gaston dejó Paradise, empezamos a hablar de nuevo. Las emociones de mery transcurren al máximo, y se encuentran justamente en la superficie. Es emocionalmente frágil y la no más entrañable amiga que he conocido en mi vida. Espero que lo supere todo en algún momento.
—Hey, mery. Gusto en saludarte —miro como vicco se une al resto del grupo, dándome espacio.
—Hey, rochi —dice mery lentamente. Todavía tiene muchos problemas con respecto al accidente, y aunque yo la he perdonado, ella en realidad no se ha perdonado a sí misma.
—¿Cómo va el viaje?
—Bien. Hasta ahora solo hemos hablado con un grupo, pero va bien. En este momento nos estamos quedando en los dormitorios de la Universidad ¿Qué has estado haciendo?
Silencio. mery no habla mucho como solía hacerlo, así que la mayor parte de nuestras conversaciones van por mi cuenta. Y está bien. Sé que es parte de su propio proceso curativo.
—No mucho —dice finalmente—. Me la paso por ahí, pasándola.
Eso es algo bastante normal de hacer en Paradise mientras transcurre el verano. Algunos se toman unas vacaciones, pero la mayoría se queda en Paradise y nunca se va. Solo conozco a dos personas que dejaron Paradise mi padre y gaston.
Ese pensamiento me congela en el tiempo, y eso que apenas me sostengo de pie en el camino mientras el resto del grupo pasa delante de mí. Los miro fijamente sin verlos en realidad mientras la realidad me golpea: soy la que queda atrás para los hombres en mi vida que se supone que me aman.
Parpadeo, y miro hacia el restaurante que se encuentra en medio de la cuadra. Todos están en frente de la entrada, gesticulando que cuelgue el teléfono. No puedo colgarle a mery sin decirle: —gaston está aquí.
—¿Q- Q - Qué quieres decir? —pregunta nerviosamente.
—Está en la excursión.
—¿Contigo?
—Sí.
—¿Por qué? ¿Cómo? ¿Dónde ha estado? ¿Está bien? —pregunta, el pánico colándose en su voz—. De acuerdo, eso es algo raro. Realmente te llamé porque quería hablar sobre gaston y no sabía a quién llamar además de ti. ¿Cómo terminaste en la misma excursión con mi hermano?
—No sé cómo pasó, exactamente. Es diferente, finalmente. No es el mismo —no le digo que mi meta es que gaston regrese a Paradise para resolver las cosas. mery lo necesita. Su familia lo necesita. Y creo que yo lo necesitaba, pero ahora somos demasiado diferentes.
No puedo estar involucrada emocionalmente con una persona que anda molesta por el mundo y quiere alejar a todos.
Escucho la vacilación en la voz de mery cuando dice: —. Pero no he podido dormir las últimas noches, rocio Juro que gaston está en problemas, o es muy infeliz. Siento su dolor como si fuera el mi propio. Eso es estúpido, ¿no es así?
—No, no es estúpido —le digo. Creo que cualquier cosa es posible. Probablemente es porque soy una persona extra-emocional. Es uno de mis defectos.
—Hazme un favor, ¿quieres?
—¿Qué es? —pregunto
—Cuida de él, rochi. Prométame que cuidaras de mi hermano —dice casi desesperadamente.
¿Cuidar de él? Gaston es bastante fuerte, y si no lo es emocionalmente pues físicamente si lo bastante, como para cuidar de él por sí mismo.
—No te preocupes, mery—digo. Trago con dificultad y temporalmente saco a flote mi nueva resolución de dejar a gaston de una buena vez por todas—. Me aseguraré de que no se meta en problemas.

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