Todo el mundo ha visto a mi madre desnuda.
Bueno, en su mayor parte desnuda.
. Ahora ella se ha reducido a los (muy raros) trabajos de suplente o en anuncios, pero ella fue relativamente famosa (o infame)
Podrías pensar que el anuncio me causó nada más que pesar en la escuela, pero aparte de unos pocos comentarios maliciosos de las chicas brillantes (ya sabes, del tipo dientes antinaturalmente blancos, pelo brillante, personalidades de perros rabiosos) y alguna de las idioteces de los deportistas (que, por supuesto, estaban viendo el partido, y les gusta tanto la pizza como las mujeres desnudas, y no sería una exageración imaginarse que estarían interesados), nadie más me dijo nada.
Pero entonces, realmente nadie me habla. Eso es bueno, sin embargo. He trabajado mucho y muy duro para ser invisible, una estudiante anónima entre unos aproximadamente 2.000 asistentes. Y quiero quedarme de esa manera. (El sitio web de la escuela en realidad se jacta de que somos más grandes que algunas universidades. Supongo que la sobrepoblación es algo bueno ahora.)
¿Y la cobertura de la prensa? Mamá lo adoraba.
—Eres muy famosa, mamá. ¿Conseguiste el pan?
—Yo no como pan. —¿Está haciendo pucheros? Es difícil de decir. Ella tiene una gran cantidad de productos químicos inyectados en su cara.
El pie de foto se lee, "Nota para Candy Madison: ¡
—¿Qué? —dice mamá, intentando mirar la revista de nuevo—. ¿Me perdí algo? ¿Hay una foto mía? O, espera… ¿Jackson está ahí?
—Um… Jackson —le digo, y ella me mira, y luego arranca la revista de mis manos y ve la imagen.
Y entonces, ella comienza a saltar de arriba a abajo. No importa que todos en la tienda de comestibles la miren incluso más que de costumbre, la mayoría con resignación.
Me alegro de que sea una fotografía de mamá (aunque me gustaría que fuera una mejor) porque preferiría mirarla a ella en lugar de mirar a Jackson James, fundador de jacksonjamesonline.com, Él tiene 72 años, actúa como si tuviera 22, y una vez mamá tuvo un hijo con él.
La foto que ves (y siempre es la misma foto) es de mí y Jackson. Fue tomada cuando yo era un bebé, pero aún así. Está por ahí.
Mi trabajo En otras palabras, las personas me dicen lo que quieren comer, lo tecleo en el código/clave adecuada, y luego les leo el total de su cuenta. La cuestión es que en verdad no lo hago en el restaurante.
pablo, mi compañero y alma gemela (aunque él todavía no lo sabe) dice que comer en BurgerTown ya es suficiente castigo.
—Toda esa carne y grasa saturada destruye tu cuerpo —él dice, y estoy totalmente de acuerdo con él, en serio, pero algunas veces después de haber lidiado con un total idiota que piensa que por ordenar una comida de $4 les debo la lectura de ingredientes o algo así... Bueno, algunas veces todavía reciben el especial.
gaston se los da también, lo que en realidad quiere decir que debería dejar de hacer eso porque gaston es tan... Bueno, es el chico promedio de 17 años, y puede ser descrito en una palabra.. A diferencia de pablo, los intereses de gaston no incluyen hacer planes para ayudar a otros, y tanto como puedo decir, lo que más le gusta hacer es ser fastidioso, especialmente conmigo. Soy bastante buena ignorándolo.
—¿Alguien ha visto a mery hoy? —él pregunta—. ¿pablo? ¿rocio?
pablo y yo sacudimos nuestras cabezas y gaston me sonríe.
—Debe estar en descanso.
Me rió. (De acuerdo, generalmente soy bastante buena ignorando a gaston).
pablo no se ríe, y yo suspiro, deseando poder ser seria como él. Pero la cosa de mery es divertida. Ella siempre está en “receso” porque, aunque se supone que trabaja aquí, ella ha estado aquí en realidad un par de veces.
—Eso será $10.22 —dice pablo, y me sonríe mientras se asegura que la orden pase. Supongo que él no piensa que soy terrible por reírme de lo de mery. Bien.
Sé que ya he mencionado esto, pero pablo es en realidad mi alma gemela. Es inteligente, amable, y lo mejor de todo, no es un completo perro como cualquier otro chico del mundo entero.
A pablo le importan las cosas. Escribe poesía (lo he visto trabajando en eso en clase de Gobierno) y siempre va a cafeterías para tener discusiones político/sociales.
Incluso lee, siempre carga enormes novelas con letra diminuta y del tipo de portadas que sólo ves en los libros que tienes que leer para la escuela. Pero los lee porque le importa su mente. Adoro eso.
También es bastante lindo.
De acuerdo, es precioso. Difícil-de-no-mirar. Tiene cabello negro y ojos profundos y la más hermosa de las sonrisas. Además es alto, pero no demasiado, y delgado (pero no flacucho), y está sólo tan-fuera-de-mi-alcance.
pablo no sale con chicas como yo. Él sale con chicas altas, delgadas, con el cabello oscuro a las que les importan las causas políticas y la injusticia social, y además usan vestidos cortos y trasparentes con los que yo nunca me vería vestida. Nunca. Y con nombres geniales
rocio no es un nombre genial. rocio es un nombre ordinario.
—rocio, has recibido una orden —dice gaston, y me pega con su enorme pie de caballo.
—Ya sé —digo, aunque me había perdido el pitido que les da la señal, y empiezo mi discurso—. Bienvenido a BurgerTown. ¡Hogar de la Mejor Hamburguesa! ¿Qué puedo darle hoy?
Cuando he terminado, gaston golpea mis pies de nuevo.
—¿En que estás pensando?
—En ti, por supuesto.
—¿En serio? —Me sonríe.
—Oh, claro. Estoy pensando en ti y tu gran pie golpeando el mío. Es fabuloso.
—Oh. Bueno, tú, um… ya sabes lo que dicen acerca de los pies grandes —él dice, y luego se sonroja. Es la única cosa que él hace que es casi entrañable. Casi.
—Sí. No tienen cerebro —digo, y se sonroja más.
—Voy por una gaseosa —murmura—. ¿Quieres una?
—Nah —digo, aunque quiero, y lo veo levantarse. gaston es apenas una pulgada más alto que yo, y en mi primer día, el jefe dijo que deberíamos sentarnos el uno al lado del otro ya que nuestro cabello y alturas casi hacían juego.
Eso debería darte una idea su “tipo de gerencia” y explicar por qué mery puede salirse siempre con la suya en… bueno, en todo.
gaston y yo sí tenemos el cabello parecido, supongo. Ambos somos rubios, pero el cabello de gaston es de un rubio oscuro, y el mío es más claro, del tono en que solía ser el de Jackson. (En realidad, todavía lo es, pero ahora tiene 72, así que ya sabes que se lo tiñe).
También tenemos ojos claros, aunque los míos son de un miel, de nuevo, justo como los de Jackson, y los de gaston son mas claro. En realidad, no está tan mal, cande incluso dice que gaston está bueno, ¿pero qué sabe ella? Ella no tiene que trabajar con él.
—Ya sabes —dice gaston, reclinándose sobre mi lugar—, un día me pedirás que salgamos. Estamos destinados a estar juntos. Es el destino. Como la mantequilla de maní y la mermelada.
—¿Como la mantequilla de maní y la mermelada? ¿En serio? gaston, ¿cuándo fue la última vez que comiste?
—Estoy un poco hambriento —dice, sonrojándose de nuevo—. Pero te estoy diciendo, tú y yo…
—Estamos destinados a estar sentados uno junto al otro. Créeme, ya lo sé. Ahora ve por tu gaseosa y come algo. Y nunca menciones nada sobre el destino y los sándwiches de nuevo.
—Trato hecho —dice gaston, y deambula hacia las maquinas expendedoras. Tenemos una “habitación de descanso” completa con un cómodo sofá y silla a juego, pero nadie nunca entra ahí porque tienes que introducir tu código de empleado para abrir la puerta, y para cerrarla también, y lo que sea de tiempo que te quedes allí será descontando de tu pago. Se supone que todos debemos ir si trabajamos turnos de ocho horas, pero cuando te están pagando una basura, no tomas descansos. O por lo menos, no descansos sin paga.
—Hay una orden en la estación de gaston —dice pablo, y me desvío por un segundo, dejando que su voz me invada. Él incluso suena bien. Su voz es suave, y tiene esta manera de hacer que todo suene importante. Podrías escucharlo hablar todo el día.
—rocio. Estoy un poco ocupado aquí —dice, y me señala hacia su propia terminal, y me doy cuenta que lo que quiere decir es que alguien necesita tomar la orden.
—Lo siento —digo, y me deslizo hacia la silla de gaston. Escurriéndome hacia su auricular, digo esas palabras mágicas—. Bienvenido a BurgerTown. ¡Casa de la Mejor Hamburguesa! ¿Qué le puedo dar hoy?
Cambio la orden de gaston a mi terminal
—Calma —dice pablo, y yo asiento, lanzando el auricular de gaston de nuevo en su asiento. Haría un nudo en el cable, pero la última vez que hice eso, gaston puso su silla junto a la mía y empezó a hacer ruidos estáticos cada vez que tomaba un pedido, y todos mis clientes pensaban que no estaban siendo escuchados.
En realidad, fue de alguna forma divertido, pero luego pablo señaló que él había terminado teniendo que tomar casi la mayoría de las órdenes.
—A algunos de nosotros no nos importa trabajar —él dijo, mirando a gaston—, pero no es justo no hacer nada.
—A menos que seas mery —dijo gaston—. Entonces sí es justo. Lo que significa que hay una falla en tu argumento. Además, alguien tiene que hacer algo para evitarnos morir de aburrimiento.
Pablo sólo sacudió su cabeza de manera un poco triste, lo cual yo adoraba. Desearía poder lidiar con gaston de esa manera, pero me falta la habilidad de pablo para hacer caso omiso del fastidio general de gaston.
—Adoro esta parte del día —dice pablo, hablándome, ¡él está hablándome! y trato de pensar en la cosa apropiada que decir.
“Te amo” suena un poco intenso para la conversación.
“¿Nos podemos besar?” sonaba como algo que Jackson diría, e incluso si lo estoy pensando, yo nunca quiero sonar como Jackson. Nunca.
—Yo también —es con lo que salgo.
Brillante, ¿verdad?
—No puedo creer que tenga que encontrarme con lali después de esto —dice pablo—. Estoy cansado, y tengo un montón de tareas que hacer.
—Yo también. No lo de encontrarme con lali, quiero decir. Sino la cosa de la tarea —balbuceo, y pablo me sonríe.
Ahhhhhhhh. Es casi lo suficiente para hacerme olvidar a lali y cómo ella está esperando por él.
Casi. lali es la novia de pablo, y tiene el cabello oscuro, es intensa y toca la guitarra y tiene calcomanías político/sociales pegadas por todo su auto y puede ponerse diminutos vestidos hechos con retazos de telas. Ya sabes, el tipo de cosas que sólo te funcionas si tienes ese look , limpio, y etéreo sin esfuerzo.
Yo no tengo ese look. Luzco como si pudiera ser una stripper, o luciría si usara mi cabello suelto y no me asegurara siempre que mis camisetas son lo suficientemente grandes para esconder el hecho de que me crecieron los senos en noveno grado. (Hasta entonces, era como una tabla.)
—Oh, oye, atrápalo —dice pablo, y me lanza una pequeña caja. Me sonríe—. Recuerdo haberte escuchado decir que la maquina expendedora no tenía de estas el otro día, así que decidí…
—Galletas de animalitos —digo, esperando no sonar eufórica, pero en realidad, esto significa algo, ¿no? Tiene que significar algo.
—¿Por qué están tan felices? —pregunta gaston, entrando y acomodándose en su silla—. Oye, gracias por tomar mis pedidos.
—pablo me trajo galletas de animalitos —digo, y le sonrío a pablo—. Muchas gracias.
—No es nada —dice pablo—. Sólo las vi y pensé en ti.
—¿Así que rocio te recuerda a un animal del zoológico? —pregunta gaston.
pablo sólo sacude su cabeza, ¡tan perfecto!
Yo, sin embargo, no lo soy, así que pateo a gaston.
—¿Qué? Sólo fue una pregunta.
Me pregunto qué habría pasado si gaston no hubiera regresado cuando pablo me dio las galletas, o mejor aún, si hubiera sido aplastado por una de las maquinas expendedoras y nunca lo volviéramos a ver. Además, me como todas las galletas de animalitos y trato de idear una manera de guardar la caja sin parecer como si estuviera tratando de hacerlo.
Lo sé, es estúpido, pero sólo quiero algo que me recuerde a pablo dándome un regalo.
No puedo pensar en una manera de guardar la caja que no sea totalmente obvia, pero sí guardo una parte de ésta, embutiéndola en mi mochila. Miro hacia pablo mientras lo hago, para ver si está mirándome, pero está ocupado en su terminal.
Él no me mira por el resto de nuestro turno.
Tal vez las galletas de animalitos no significan nada. Tal vez sólo estaba siendo amable. ¿Por qué tenía que ser tan maravilloso? ¿Por qué yo no puedo gustarle? Además de la cosa de no ser su tipo, eso es. Y de que él es demasiado inteligente para nunca estar interesado en la hija de Jackson y Candy Madison. ¿Por qué mamá no podía ser una activista social? ¿Y porque Jackson no podía… bueno, cómo es que estoy relacionada con él?
Si José hubiera sido mi papá, la vida hubiera sido mucho mejor.
—Buenas noches —dice pablo mientras todos nos dirigimos al parqueadero exactamente a las 10:01, cuando nuestro turno termina, y creo que él me sonríe.
—Adiós, y gracias de nuevo —grito, y observo mientras se sube a su carro.
—Cuidado, estás babeando —dice gaston—. ¿Ya va arrancar tu pedazo de chatarra, o necesito ir y recargar la batería?
—Mi carro no es un pedazo de… —digo, y me voy desvaneciendo. Sí es una basura, pero estaba barato, y era todo lo que podía pagar—. Está andando bien, y no estoy babeando.
—¿Cómo puede gustarte tanto pablo, de todas maneras? Todo lo que hace es sentarse a beber café caro y quejarse de qué tan terribles están las cosas.
—A él le importa el mundo.
—Si le importara el mundo, hubiera donado a la caridad los diez mil dólares que debe gastar en café cada año. Eso sería hacer algo.
—¿Y tú qué estás haciendo por ayudar a las personas? Oh, cierto. Nada.
—Oye, yo no ando por ahí diciendo que voy a cambiar el mundo o…
—Exactamente.
—¿Puedo terminar?
—No lo sé. ¿Puedes?
gaston se ríe.
—Iba a decir, si quiero hacer algo, lo hago. No tengo que anunciarlo a todo el mundo.
—Excepto durante las temporadas de fútbol. Oh, espera, lo olvidaba. No juegas.
—Oye, no puedo controlar el hecho de que las personas se sientan intimidadas por mi talento natural. Además, me imagino que es más fácil dejar a los demás hacer el trabajo.
Pongo los ojos en blanco.
—Adiós, gaston.
—¿Estás segura de que tu carro va a prender?
—Una vez no lo hizo, UNA, y tienes que recordarlo todo el tiempo —digo, y abro mi puerta. Se abre con un chillido, y gaston dice: —Suena bien, como siempre —antes de que poder subirse en su propio carro, que es nuevo y también tiene un trabajo de pintura de un solo color.
—Más vale que arranques, maldición —le susurro al carro mientras deslizo la llave en la ignición, y gracias a Dios, arranca. Me salgo del parqueadero, con gaston detrás de mí, giro a la derecha, dirigiéndome hacia el centro comercial.
No puedo esperar para ver a cande. Ella sabría si lo que pasó significa algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario