sábado, 22 de octubre de 2011

AMOR OCULTO CAPITULO 5

Cuando llego a casa, papá está ahí. Tiro mi helado derretido en el basurero del
garaje, con mis manos temblando, y entro a la casa.
―rocio,‖ dice él. Mi padre no me grita, nunca. A veces, desearía que lo haga,
porque así sabría qué hacer, podría gritarle de vuelta y quizás correr por las
escaleras hasta mi pieza y cerrar la puerta de un portazo detrás de mí. Pero
cuando mi padre se enoja conmigo, él permanece silencioso, su voz suena como
un azote, como un agudo chasquido, pero nunca más fuerte que una conversación
normal.
―¿Estás bien?‖
Asiento, porque si hablo, lloraré, y no quiero hacerlo. Detesto llorar, puedo lidiar
con sentir la necesidad de hacerlo, pero no con el que realmente pase. Sé que
debería decir algo, cualquier cosa, pero en mi mente sigo estando en la casa de
gaston, y lo que pasó se reproduce una y otra vez, y no puedo pensar en nada más
que en eso. Deseo, repentina y desesperadamente, a mi mamá. No, no a ella, sino
lo que desearía que ella hubiese sido, alguien que se preocupe por mí y se dé
cuenta de que algo ha pasado, que me abra sus brazos y simplemente me abrace,
que me diga que todo va a estar bien.
me dirijo hacia afuera de la cocina y hacia las
escaleras, en dirección a mi pieza.
Mis manos tiemblan sobre el pasamanos, y no puedo. Me siento triste, asustada, y
no sé cómo hacer las cosas bien o siquiera fingir que me siento de esa manera.
Lavo mi cara y mis dientes, me pongo pijama, y luego me siento en mi cama. Fue
sólo un beso, me digo a mí misma. Sólo un beso. No es la gran cosa.
No puedo dormir. Lo intento, apago las luces y me meto bajo las cobijas, pero
simplemente me quedo ahí con los ojos bien abiertos.
Salgo de
la cama y voy a mi computador, lo prendo.
Fue sólo un beso, pero como me sentí durante él fue asombroso. Abrumador.
Nuevo.
Me meto a mi cuenta de mensajería instantánea. lali está desconectada, por
supuesto, y me pregunto qué diría ella si le contara qué pasó. Ella se enojaría,
creo. pablo es el amigo de pablo, y ella me lo recordaría.
Ella me recordaría que debería ser pablo en quien debería haber
estado pensando. En quien debería estar pensando.
pablo, quien ahora está conectado y probablemente escribiéndome un mensaje.
Abro el menú de herramientas y me meto en la lista de bloqueos, y escribo el
nombre de pablo en ella. Instantáneamente, él desaparece de mi vista, su nombre
saliéndose de mi lista de amigos, y sé que he desaparecido de la suya. Miro los
otros nombres que hay en mi lista. No hay nadie con quien quiera hablar. Nadie a
quien realmente conozca.
Me pregunto cuál será el Nick de gaston. Me pregunto si está conectado en este
minuto. Pienso en su cuerpo presionado contra el mío, su boca formando mi
nombre.
No sé qué hacer. No sé qué pensar respecto a cómo me siento. Necesito hablar
con alguien. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que me sentí así, pero
ahora está pasando. Todo esto, todo lo que ha pasado—es demasiado como para
mantenerlo adentro. Y creo que conozco a alguien que me escucharía. Quizás
incluso comprender. Tomo el directorio de estudiantes y busco la dirección de email
de daniela. La escribo en la sección de búsqueda, y su nombre de usuario
aparece. Ella está conectada.
Cliqueo sobre su nombre y escribo, ―Hey.‖
Después de un corto tiempo, la pequeña ventana destella, señalando que ha
habido respuesta.
―Hey.‖
Me muerdo el labio y escribo.
***
No me atrevo a contarle todo a daniela, ni siquiera una cosa, en realidad
Creo que no podré dormir, pero me sí me quedo dormida. No recuerdo haber
soñado algo, pero en lo primero que pienso en cuanto me despierto es en la noche
anterior y en gaston.
Durante el camino a la cafetería papá escucha música clásica y habla por teléfono.
Miro por la ventana y trato de pensar en qué voy a hacer en clases si los
profesores me preguntan.
En cambio, pienso en gaston. Me pregunto qué pasará cuando lo vea. Sé qué es lo
que quiero que pase, creo, y froto mis manos contra mis jeans, enrollando mis
dedos en la tela que está bajo mis rodillas.
mis ojos me arden un poco nuevamente. Dos veces en menos de un día, y en este momento
estoy confundida y asustada, y no puedo permanecer con esto adentro. No quiero
hacerlo. Es una nueva sensación, una extraña, y una parte de mi quería fingir que
nada a pasado, darme la vuelta e irme.
Pero no lo hago.
***
daniela está en una cabina en la parte de atrás, y ella me saluda con la mano en
cuanto entro. En cuanto me siento, me doy cuenta de que me está mirando de
forma extraña.
―Tu camiseta está al revés,‖ dice ella, sus labios tiemblan en las esquinas, y miro
hacia abajo y me doy cuenta de que tiene razón. Y la parte de atrás hacia adelante
más encima. Me río y ella también se ríe, y es ahí cuando sé que esto—haberle
hablado anoche y ahora haber venido aquí—es lo que debía hacer. Y antes de
darme cuenta, le he contado todo, las palabras me brotan como no lo han hecho
desde… bueno, nunca.
―¿Así que tu papá lleva a su mamá a vivir con ustedes—?‖
―Vivieron juntos por un par de meses cuando éramos pequeños. Así fue como nos
conocimos. Y luego se separaron.‖
―¿Y no lo habías visto desde ese entonces?‖
―Nop. No hasta que comenzó el semestre. Y sé que no ha pasado tanto tiempo,
pero se siente como—siento como si todo hubiese cambiado.‖
―¿Por lo de anoche?‖
Asiento. ―Pero también antes de eso. Yo simplemente—‖ Me muerdo el labio y
poso mi mirada sobre la mesa, luego miro a daniela. Ella no luce enojada ni
incómoda. Ella sólo luce como si ella en verdad quisiera escuchar qué es lo que
tengo que decir. ―No he sido capaz de dejar de pensar en él desde que lo vi en
Historia Mundial.‖
―Me pregunté qué era lo que pasaba entre ustedes.‖
―¿A qué te refieres?‖
―Ustedes están todo el tiempo mirándose.‖
Me sonrojo, siento que una oleada de calor recorre mi cara. ―¿En serio?‖
Ella asiente. ―¿Entonces esto‖—ella apunta mi camiseta, sonriendo—―Es por lo de
anoche? Ahí debe haber habido un beso.‖
Asiento y le doy un sorbo a mi café. ―Hubo uno. Quiero decir, sé que fue sólo un
beso, pero—‖
―Oye, hay besos que son especiales. Algunos besos—‖daniela hace círculos con las
manos en el aire. ―Es como si abrieran todo un mundo nuevo.‖
Eso es exactamente. Exactamente como me sentí. Cuando le digo eso, ella mira
deliberadamente mi camiseta nuevamente y ambas soltamos una risita.
―Pero fue—nunca me había sentido así,‖ le digo. ―No estoy segura de si quiero
sentirme así.‖
―Lo entiendo. Es como que hay gente que te puede gustar y controlar cuanto te gustan, ¿cierto? Pero también hay otro tipo de gente, gente con quienes que cuando estás con ellos no
puedes—no puedes sentirte a salvo. Y se siente maravilloso, pero a la vez es
como—‖
―Aterrorizante.‖
―Si. Me sentí de esa forma
cuando conocí a paula.‖
―¿paula?‖
―Mi ex novia,‖ Dice daniela,
La miro, y ella me está mirando de vuelta, con
cautela. ―La conocí, y repentinamente estaba abrumada con… bueno, con todo.
―¿Y ahora?‖
sonríe, y la cautela de sus ojos se va desvaneciendo. ―Sigue siendo
aterrorizante algunas veces. Pero generalmente es realmente genial. Tu sólo
debes—no sé. Dejar de lado tu miedo o cualquier otra cosa. Sólo sé como tú
eres.‖
¿Pero qué pasa si soy como mi madre? Si me siento como lo hice anoche todo el
tiempo—tomo otro sorbo de café. ―¿Pero qué pasa si quien soy no es…qué pasa
si estoy mejor siendo como soy ahora? Sigo siendo yo y nunca—‖ Apunto a mi
camiseta. ―Nunca soy así.‖
―No lo sé,‖ dice. ―Pero cuando hablas de él—rocio, sólo te he visto así el día
que obtuviste el solo.‖
Recuerdo cómo lucía mi cara ese día, como pensé que nunca me había visto tan
feliz.
No quiero perderme de esa forma.
No quiero ser de esa forma.
―Ya hemos tenido suficiente de mí,‖ le digo. ―¿Tienes alguna foto tuya y de
paula?

No hay comentarios:

Publicar un comentario