Supongo que tenía la esperanza de que una especie de milagro ocurriera. No es
que quiera que alguien venga y me diga que tengo el perfecto pelo lacio, ni nada.
Yo no quería llevar una pésima clase. Eso no es mucho pedir, ¿no? Con mis
perfectas uñas pulidas apuntaba a mi horario de clases.
"Te lo dije" La voz de LALI sonaba preocupada. La mire apartando mi vista de mi
horario - todavía tenía esa estúpida clase en mi horario, maldita sea - y sonreí
para demostrar que me encontraba bien.
"ROCIO", ella me llama. Me encojo de hombros y doblo mi horario hasta hacerlo
muy pequeño.
Todavía puedo ver la M en la historia del mundo, sin embargo. Suspiro y atasco
toda esta cosa en mi bolsa, y le pregunto, "¿Cuántas clases tienes con PETER?"
"Ninguna. Pensé que podríamos tener una, pero luego..." Mientras ella seguía
hablando, la mire de reojo.
LALI ha estado saliendo con PETER
durante seis meses, y él es su mundo entero.
"Y bueno, ¿qué crees que debo hacer al respecto?" Miro a LALI, mordiéndose el
labio.
"Bueno", le digo tímidamente, porque no tengo idea de lo que estaba hablando
"quizás no sea gran cosa."
"ROCIO, tiene dos clases CON LUNA Dos. ¿Y si ella decide que quiere regresar
con él? ¿Y si ella… "
"Él te ama", le digo. Y es verdad.
PETER está totalmente loco por ella. LALI sólo se preocupa porque antes de su
primera cita, PETER salió con LUNA
y nunca jamás dejes que nadie lo olvide. Pero PETER Y LUNA no están
juntos desde hace mucho tiempo y además, LUNA está saliendo con un chico
Universitario ahora, todos lo que hacia ese chico la gran cosa, según como lo veo,
―no tenemos ni una clase! Apuesto a que PABLO y tu tienen un
montón de clases juntos, verdad?‖
"No lo-sé‖ respondo sin pensar.
―ROCIO!" Ni siquiera lo has visto todavía? ¿Por qué no me lo dijiste? "Ella me
señala hacia el casillero de PABLO.
Yo no necesitaría estar delante de él para tener una súper audición o algo así.
¿Crees que estoy bromeando, pero no lo estoy.PABLO es bueno. Bueno, si tú lo
vieras lo entenderías. Es perfecto. Y no lo digo porque en él es mi novio. Él es
realmente perfecto.
Sus calificaciones
son increíblemente buenas también.
También, él es precioso:
. El será el rey cuando nos
graduemos. Todo el mundo está loco por él. ¡Todos!. Antes de que comenzara a
salir con él, yo era una total don nadie.
Pero a causa de él, yo soy alguien, yo soy casi popular.Totalmente promedio. Y peor aún, tengo a la estrella del fútbol y mira
donde estoy. Todavía no soy popular, pero sin embargo, de alguna manera lo
suficientemente popular para ser odiada, y no había nada en los libros sobre eso,
sobre qué hacer si tu sueño se hiciera realidad. Y sin embargo tú te sientes igual.
Ese es mi problema. Estoy bien. Y aun, tengo un novio perfecto. EL hacia cosas como abrirme lapuerta del coche y preguntarme si podía darme un beso de buenas noches, ymandarme un e-mail, cuando llegaba a casa para decirme que había pasado unmomento genial conmigo y cuando iba a verme de nuevo? Tú no puedesconseguir algo más perfecto que eso.
Incluso su familia es perfecta.
¿Ves? Es perfecto.
Sé que tengo mucha suerte de tener a PABLO, y si no me sintiera así, los seis mil
chorrocientas miradas que recibe cuando caminamos por los pasillos, junto a mi
me lo recuerdan. Como ahora, por ejemplo. Cuando me acerco a su casillero, casi
los puedo escuchar a nuestro alrededor a todo el mundo tratando de mirar y
escuchar cuando PABLO dice: "Hey. ROCIO", con una voz suave y cálida, y me
acerca, a él presionando un tierno beso en mis labios.Bloom - Elizabeth Totalmente perfecto.
Salvo que, desde que hemos estado saliendo, eso es lo más lejos que hemos
llegado alguna vez.
. Yo sólo quería abrazarte." Luego el
me besó, me hizo sentir realmente viva, muy viva, por lo que parecía que era la
primera vez que me sentía así. Él me besó, de nuevo y luego estábamos
tocándonos y era increíble. Y luego nos detuvimos. O más bien, el lo hizo.
En un minuto el desabrocho mi sostén y al siguiente se aparto de mí. Él dijo que lo
sentía, realmente lo sentía, y parecía que iba a vomitar. No puedo decirles cuan
sexy me sentía después de eso. Recuerdo que abroche mi camisa, me temblaban
las manos y le hice una pregunta en la cual yo había estado pensando durante un
tiempo, la cual yo estaba segura que ya sabía la respuesta.
"¿Eres gay?" Le susurró.
Esperaba que me dijera que sí. Tenía todo esto planeado, entonces luego de
contestarme el se pondría a llorar y le diría que me gustaría ser su apoyo cuando
las personas en la escuela hablarían sobre ESO
Pero en lugar de decir que sí, PABLO dijo, "¿Qué?" Como si nunca el hubiera
escuchado la palabra gay antes, y entonces fue ahí que me enteré de la verdad.
El religioso PABLO. Quiero decir, yo ya sabía que iba a la iglesia,
Me dijo que él quería vivir en forma correcta, y que era difícil, pero
pensaba que valía la pena.
Cuando llego al salón de Historia del Mundo estaba completamente lleno, miro
alrededor, esperando ver al menos una cara conocida. No, no-espera. Si. En un
rincón lejano esta DANIELA. Realmente me sorprende verla. DANI es una de esas
personas que siempre obtiene un A en todo, pero luego recordé que ella estaba en
música conmigo el año pasado.
NICOLA EL PROFESOR luce como si tuviera ochenta, no bromeo, pero al menos tiene unos veinte
añoS
.
―Nos sentaremos en orden alfabético,
―DALMAU GASTON
Mi lapicero se deslizo a través de la pagina de mi cuaderno, haciendo una línea
por mi sobresalto, miro al escritorio al otro lado del mío hacia la persona que se
esta deslizando en el.
DALMAU GASTON.
El se sienta desgarbadamente, con sus pies extendidos frente a el. Su cabello es
un poco largo, cayendo hacia delante sobre sus ojos y puedo ver una
larga mancha de color negro subiendo por el lado de uno de sus brazo AL principio creí que era un tatuaje, pero luego me di cuenta que era la suciedad de
grasa o algo parecido. Había un parche de grasa en sus jeans, también. Sus
manos, descansan en el escritorio, están rojas, sus nudillos están algo raspados,
en carne viva y sus uñas han sido mordidas rápidamente.
Y entonces el levanta la vista, mirándome fijamente y yo apresuradamente aparte
la mirada, mi estomago se retorció.
No había visto o pensado acerca de GASTON en años, pero repentinamente
el estaba aquí, sentado justo al otro lado de mi.
Mi papa trabaja en el desarrollo inmobiliario. Y SALIA CON
Mary, a quien papa conoció el verano cuando yo tenía ocho
años. Yo había ido a campamentos desde que deje la escuela y recuerdo mi
felicidad por regresar a casa. Había estado preocupada de que algo le pasara a
papa o que el no pudiera ir a recogerme, pero el lo hizo e incluso dijo que tenia
una sorpresa para mi. ―Estas lista?‖ el me había preguntado, y cuando asentí el
dijo, ―Vamos a ser una familia de nuevo!‖
Por un segundo- un loco y estúpido segundo- yo creí que se refería a que mama
había vuelto. Que había decidido que nos extrañaba, que pensó en mi papa y en
mi y que quería estar con nosotros. Pero entonces papa dijo, ―Su nombre es Mary
y ROCIO, tu la vas a amar,‖ y ese fue el final de la discusión.
. ―Ella tiene un hijo, y
el vivirá con nosotros también!‖ Dijo, como si me hubiera comprado un pony y yo
solo rompí en lágrimas justo cuando la puerta principal se abrió.
Así fue cuando conocí a GASTON
El y Mary salieron de la casa cogidos de la mano; Mary tenia una brillante y gran
sonrisa y GASTON estaba parado con su solemne rostro, mirando el carro. Yo todavía
seguía llorando. Papa los saludo y me dijo, ―Vamos, cariño, no llores. Vamos a ser
una gran familia feliz!‖- Elizabeth Scott
No creo que necesite contarles como eso nunca ocurrió.
Hicimos todo tipo de cosas juntos; viajes
al parque, al centro comercial, incluso a la tienda de abarrotes y las primeras
pequeñas peleas ella y mi papa lo tomaban sin mucha importancia. Luego ellos
comenzaban a decir con voces muy-alegres, ―Bien, hablaremos de eso mas
tarde.‖ Hablarlo mas tarde, generalmente terminaba en gritos marcados por
helados silencios que duraban días.
GASTON y yo nos evitábamos las primeras semanas, solo conversábamos entre
dientes cuando era la hora de la cena. Pero luego una noche papa dijo, ―ROCIO,
cariño, puedes pasarle los panecillos a GASTON? El no comió uno. Y GASTON dijo. ―Dije
que no quiero ninguno,‖ al mismo tiempo yo dije, ― El ya dijo que no quería,‖ y
después de eso comenzamos a llevarnos bien.
Para el tiempo en que las cosas entre papa y Mary salieron estuvieron realmente
mal, yo ya sabía que el libro favorito de GASTON era el mismo que el mío, El Leon, La
Bruja y El Ropero, sabia que odiaba la kola pero amaba la cherry kola, sabia que
su padre había muerto en un accidente automovilístico cuando el tenia cuatro
años. El sabia que yo comería helado de chocolate en cada comida si pudiera,
que odiaba las abejas y que mi madre se había ido y no había llamado ni escrito o
algo parecido. Ni siquiera una tarjeta en mi cumpleaños.
Éramos amigos. Puedo incluso recordar la forma en la que el me miraba mientras
estaba hablando, como si lo que estuviera diciendo fuera interesante. Ni siquiera
Mary hacia eso. Caray, ni siquiera mi papa hacia eso- y el todavía no lo hace.
Recuerdo como GASTON lloro la vez que encontramos un nido de pájaros en el patio,
el cuerpo de la mama de los pajaritos estaba en el suelo, magullada por un gato
el trato de salvar los huevos. Ellos nunca rompieron el cascaron. Y cuando yo me
caí de mi bicicleta mientras manejaba dando perezosos círculos alrededor del
camino de acceso a la casa, escuchando a papa y a Mary hablar intranquilamente
parados en una ventana abierta, el me ayudo a entrar, cogio los vendajes y se
culpo cuando Mary quiso saber quien había volcado la bicicleta en el arbusto que
ella había acabado de plantar.
También peleamos, no me malinterpretes. El acaparaba el computador y me
acusaba de que siempre elegía malos programas de televisión para ver. Yo le
gastaba bromas acerca de su cabello- era como el de las niñas, verdaderamente
brillante y muy suave- pero yo secretamente deseaba que mi cabello fuera igual,
así así de lindo. Nunca decía eso, por supuesto. El me gastaba
bromas acerca de mis ojos, los cuales son, tengo que admitirlo, un poco extraños..
Pero después de cada pelea que teníamos, uno de nosotros siempre decía que lo
sentía. Siempre. Papa y Mary nunca lo hicieron.
Al final ellos no duraron mucho.
. El cumpleaños de GASTON era un mes después, el día en que él y Mary se
fueron. Recuerdo que estaba marcado en el calendario de nuestra cocina. Ella
había empacado todas sus cosas en cajas y papa grito que seria mejor que no se
perdiera nada. La cara de Mary se puso colorada y lo miro como si él le hubiera
pegado. GASTON grito, ―Cállate! No le hables a mi mama de esa manera!‖ y luego
salió corriendo de la habitación fuera de la casa. Yo mire por la ventana y lo vi
sentado en el carro de Mary.
Fui hacia el pasillo y todas las cosas de el también estaban en cajas: los zapatos
que mi papa le había insistido a GASTON a comprar la semana en la que estaba
tratando de impresionar a Mary con lo generoso que era (y para reconciliarse poR
llegar muy tarde cada noche), la camisa blanca que el tuvo que ponerse cuando
fuimos a tomarnos la foto ―familiar‖.
La foto todavía estaba en la sala, esperando a ser enmarcada y colgada. La
gritería se hizo más fuerte y Mary estaba llorando. Subí a mi habitación y cogí los
libros de Narnia que mi papa me había dado de cumpleaños, una caja de fantasía
de lujo que GASTON había mirado nostálgicamente cuando la abrí. Baje las escaleras
y los metí en la parte trasera de una de las cajas de GASTON, luego subí las escaleras
corriendo.
Cuando mire por la ventana de nuevo, Mary iba en su carro por el camino de
acceso a toda prisa, parando solo para quitar el buzón antes de que seguir por la
carretera. Sus llantas dejaron marcas negras en la calle. Estuvieron ahí por un
largo tiempo.
No había visto a GASTON desde ese día. Una vez le pregunte a mi papa acerca de el,
unos pocos meses después de que él y Mary se fueron, y me dijo, ―Quien?‖ luego,
―Oh, si. GASTON. El esta bien, cariño. Perfectamente bien.‖ No era para mi extraño
que un adulto mintiera, pero el hecho de que papa pudiera olvidar a alguien que el
había reclamado como familia hace solo en unos meses me hizo sentir horrible.
Asustada. Así que no volví a preguntar por GASTON de nuevo.
Yo averigüe lo que ocurrió. Mary se mudo a Florida-
pero esa es otra historia y ni siquiera puedo recordarla
porque miro A GASTON de nuevo y el esta mirándome fijamente. Tiene unos ojos
realmente oscuros. Luce como si nunca sonriera. Meto mi lapicero entre mi
cuaderno y trato de escuchar a Axel hablando acerca de los Persas.
Estoy tan aliviada cuando la clase se termina que puedo prácticamente correr
fuera del salón y por el pasillo hacia la práctica de la banda de jazz, agradecida
por ser distraída del shock de ver a GASTON nuevamente y de cómo me sentí cuando
lo miraba. En mi mente él siempre se vio de la forma en que lo hacía cuando tenía
ocho, cabello totalmente brillante y con rápidas sonrisas para Mary, para
mí, y a veces incluso para mi papá. Pero ahora-pienso en sus manos de nuevo,
sus uñas mordidas tan adentro que debe doler, y la forma en que se veía como si
no supiera lo que era una sonrisa.
―ROCIO, ¿has el solo por favor?‖ Lo hago, pero mis manos son torpes, mi mente
aun distraída, y él sólo asiente hacia mi cuando finalizo y nos pone a todos a
repasar la primera canción nuevamente.
Nos deja ir quince minutos antes LALI no estará afuera todavía, así que no hay necesidad de apurarme Cuando terminé, como unas mentas y voy al cuarto de baño. Lavo mis manos y
me quedo de pie, mirando, como corre el agua por ellas. Las manos de GASTON eran
rojas, sus nudillos en carne viva, como si hubiera estado en una pelea. Cierro el
agua y seco mis manos con cuidado.
―¿ROCIO?‖
Me doy cuenta que alguien está diciendo mi nombre y me vuelvo para ver a DANIELA
mirándome con curiosidad.
―¿Estás bien?‖
Asiento.
―¿Estás segura? Luces…no lo sé. Un poco perdida ó algo.‖
―Estoy bien,‖ digo con dureza, más duro de lo que quiero, y dice, ―Okay,‖ con
su cara ruborizándose.
―Lamento--,‖ digo, pero es demasiado tarde y ella ya salió por la puerta. Suspiro y
me dirijo fuera.
Ninguna LALI. Chequeo mi reloj: 5:02. Mirando los alrededores del
estacionamiento, no veo su auto en ningún lado. Diablos. Ella no se ha olvidado
de mí—
Pienso acerca de hacer la tarea, pero decido lo contrario. Es lo suficientemente
malo tener que sentarme a esperar a LALI, quien sin duda me conducirá a mi
casa con una enorme sonrisa en su cara y me contará todo acerca del grandioso
sexo que ella y PETER acaban de tener.
Tendré que asentir y actuar como si fuera igual para mi porque la única vez que
me preguntó acerca de mi y PABLO, no tuve la fuerza para decir que no
estábamos haciendo lo que todo el mundo asumía que hacíamos. Para ser
honesta, ni siquiera puedo imaginar a PABLO y yo teniendo sexo. Aunque…cierro
mis ojos, pienso en las manos de PABLO sobre mi cuerpo, agarrando mis tobillos,
deslizándose hacia arriba por mis piernas, haciendo círculos en mis rodillas.
Pienso acerca de cómo bajaría la mirada y vería sus manos, sentiría la aspereza
de sus nudillos partidos cuando gire sus dedos para trazar—espera. PABLO no tiene
nudillos partidos. Maldita sea. Siento mi rostro arder en rojo brillante y, menuda
suerte,
Suspiro y abro mi mochila. Ya tengo un grupo de tareas.
lecturas para
hacer, y probablemente hablarlas mañana y estaré atascada sentada allí con GASTON
al otro lado de mí.
¿GASTON de nuevo? ¿Qué está mal conmigo?
Miro mi reloj nuevamente: 5:23. Suspiro. Estoy hambrienta, cansada, y quiero ir a
casa. Puedo sacar mi libro de nuevo ó, aun mejor, llamar a LALI y averiguar
dónde diablos está.
Mientras que estoy revolviendo mi bolso por mi teléfono y esperando haber
recordado en realidad cargarlo, me doy cuenta que un auto está detenido al final
de la vereda y la persona dentro me está mirando. Escucho el ronroneo de la
ventana del acompañante bajando. GASTON.
Su cabello luce atenuada luz, y sus ojos, observándome, parecen
sr aún más oscuros. No está sonriendo.
―¿Quieres un aventón?‖ dice. Su voz es muy tranquila. No suena para nada como
lo recuerdo. Mary lo llamaba a veces ―charlatán‖ porque ella decía que él hablaba
tanto.
―Yo--‖ digo, y miro alrededor, insegura. Si hay un modo de manejar el mirar a una
persona que te hace sentir medio como mareada y extraña cuando la ves, de
seguro yo no lo conocía.
―No importa‖, dice, con la voz mordaz y desalentada al mismo tiempo, y la ventana
del acompañante empieza a subir nuevamente, su cara desapareciendo.
―espera,‖ digo, y me pongo de pie. Camino por la vereda. Cuando llego por fin a su
auto, no se que hacer con mi bolso ó la caja de mi clarinete, y termino en cierto
modo tropezando/cayendo en el asiento. Siento mi cara en llamas rojas cuando mi
cabeza golpea contra el hombro de GASTON.
―Perdón,‖ susurro, y me arreglo lo mejor que puedo, el estuche del clarinete junto a
mis pies y el bolso en mi regazo, como si fuera alguna clase de cubierta. Él
enciende el auto y yo estoy muy contenta, temerosa que el rápido sonido sordo de
mi corazón fuera audible antes.
Él no dice nada. Ni mientras dejamos la escuela, ni cuando estamos entrando en
la calle principal. Le echo un vistazo cuando estamos detenidos en la luz de tráfico
que alimenta sobre el camino casi todas las subdivisiones, y él me está mirando.
Nuestros ojos se encuentran por un segundo, y él aparta la mirada rápidamente.
Me siento extraña, completamente incapaz de enfocarme en nada salvo el hecho
de que estamos sentados muy cerca.
―Um, vivo--‖ digo, con mi voz saliendo temblorosa, con duda.
―En el mismo lugar que…¿que antes?‖ dice.
Todo lo que puedo controlar es un asentimiento. Me siento como lo hice la única
vez que casi me desmayé. Hubo un momento, justo antes de que mi visión se
estrechara y me dijeran que me sentara, cuando todo parecía estar demasiado
iluminado y brillante, como si estuviera viendo algo escondido de la forma en que
había sido siempre, como si lo que conocía como real fuera simplemente una
sombra de lo que era en realidad.
No recuerdo el resto del viaje, no en realidad. Recuerdo pensar que debía decir
algo, pero en lugar de eso vi sus manos en el volante y me quedé mirándolas
fijamente, mirando fijamente sus nudillos. Recuerdo sentirme recuperar el aliento
cuando pensé en el sueño despierto que había tenido acerca DE PABLO y cómo no
era acerca de PABLO en absoluto.
Recuerdo que cuando me vio mirando, dobló sus dedos, escondiendo sus uñas de
mi vista. Recuerdo que su pierna izquierda golpeteaba cuando estábamos
detenidos en una parada de cuatro vías, temblando con un ritmo inquieto.
Recuerdo que cuando entramos en mi calle él dejo escapar un jadeo, como si
alguien lo hubiera golpeado, y dijo, en voz tan baja que no creo que se suponía
que yo lo escuchara, ―Se ve igual.‖
Recuerdo que se detuvo en el final de mi camino de entrada, y me quedé sentada
allí por un segundo antes de darme cuenta que no iba a ir más lejos, que no iba a
conducir hasta la casa. Recuerdo que me volví una vez que estuve fuera del
coche, tocando torpemente mi bolso y el estuche de mi clarinete. Él me estaba
observando nuevamente, y esta vez cuando nuestros ojos se encontraron, no
apartó la vista.
Quise decir, ―Gracias‖, cortésmente, tal vez hasta suntuosamente, como si todo el
asunto no fuera gran cosa, pero lo que me salió fue su nombre.
―GASTON_‖, dije, y ambos nos movimos nerviosamente con eso, como si hubiera una
corriente viva corriendo entre nosotros.
―Me tengo que ir,‖ dijo, y se inclinó hacia delante y cerró la puerta. No miré hacia
atrás para verlo partir, pero lo escuché, el rugido de su coche desvaneciéndose
mientras desaparecía por el camino.
que quiera que alguien venga y me diga que tengo el perfecto pelo lacio, ni nada.
Yo no quería llevar una pésima clase. Eso no es mucho pedir, ¿no? Con mis
perfectas uñas pulidas apuntaba a mi horario de clases.
"Te lo dije" La voz de LALI sonaba preocupada. La mire apartando mi vista de mi
horario - todavía tenía esa estúpida clase en mi horario, maldita sea - y sonreí
para demostrar que me encontraba bien.
"ROCIO", ella me llama. Me encojo de hombros y doblo mi horario hasta hacerlo
muy pequeño.
Todavía puedo ver la M en la historia del mundo, sin embargo. Suspiro y atasco
toda esta cosa en mi bolsa, y le pregunto, "¿Cuántas clases tienes con PETER?"
"Ninguna. Pensé que podríamos tener una, pero luego..." Mientras ella seguía
hablando, la mire de reojo.
LALI ha estado saliendo con PETER
durante seis meses, y él es su mundo entero.
"Y bueno, ¿qué crees que debo hacer al respecto?" Miro a LALI, mordiéndose el
labio.
"Bueno", le digo tímidamente, porque no tengo idea de lo que estaba hablando
"quizás no sea gran cosa."
"ROCIO, tiene dos clases CON LUNA Dos. ¿Y si ella decide que quiere regresar
con él? ¿Y si ella… "
"Él te ama", le digo. Y es verdad.
PETER está totalmente loco por ella. LALI sólo se preocupa porque antes de su
primera cita, PETER salió con LUNA
y nunca jamás dejes que nadie lo olvide. Pero PETER Y LUNA no están
juntos desde hace mucho tiempo y además, LUNA está saliendo con un chico
Universitario ahora, todos lo que hacia ese chico la gran cosa, según como lo veo,
―no tenemos ni una clase! Apuesto a que PABLO y tu tienen un
montón de clases juntos, verdad?‖
"No lo-sé‖ respondo sin pensar.
―ROCIO!" Ni siquiera lo has visto todavía? ¿Por qué no me lo dijiste? "Ella me
señala hacia el casillero de PABLO.
Yo no necesitaría estar delante de él para tener una súper audición o algo así.
¿Crees que estoy bromeando, pero no lo estoy.PABLO es bueno. Bueno, si tú lo
vieras lo entenderías. Es perfecto. Y no lo digo porque en él es mi novio. Él es
realmente perfecto.
Sus calificaciones
son increíblemente buenas también.
También, él es precioso:
. El será el rey cuando nos
graduemos. Todo el mundo está loco por él. ¡Todos!. Antes de que comenzara a
salir con él, yo era una total don nadie.
Pero a causa de él, yo soy alguien, yo soy casi popular.Totalmente promedio. Y peor aún, tengo a la estrella del fútbol y mira
donde estoy. Todavía no soy popular, pero sin embargo, de alguna manera lo
suficientemente popular para ser odiada, y no había nada en los libros sobre eso,
sobre qué hacer si tu sueño se hiciera realidad. Y sin embargo tú te sientes igual.
Ese es mi problema. Estoy bien. Y aun, tengo un novio perfecto. EL hacia cosas como abrirme lapuerta del coche y preguntarme si podía darme un beso de buenas noches, ymandarme un e-mail, cuando llegaba a casa para decirme que había pasado unmomento genial conmigo y cuando iba a verme de nuevo? Tú no puedesconseguir algo más perfecto que eso.
Incluso su familia es perfecta.
¿Ves? Es perfecto.
Sé que tengo mucha suerte de tener a PABLO, y si no me sintiera así, los seis mil
chorrocientas miradas que recibe cuando caminamos por los pasillos, junto a mi
me lo recuerdan. Como ahora, por ejemplo. Cuando me acerco a su casillero, casi
los puedo escuchar a nuestro alrededor a todo el mundo tratando de mirar y
escuchar cuando PABLO dice: "Hey. ROCIO", con una voz suave y cálida, y me
acerca, a él presionando un tierno beso en mis labios.Bloom - Elizabeth Totalmente perfecto.
Salvo que, desde que hemos estado saliendo, eso es lo más lejos que hemos
llegado alguna vez.
. Yo sólo quería abrazarte." Luego el
me besó, me hizo sentir realmente viva, muy viva, por lo que parecía que era la
primera vez que me sentía así. Él me besó, de nuevo y luego estábamos
tocándonos y era increíble. Y luego nos detuvimos. O más bien, el lo hizo.
En un minuto el desabrocho mi sostén y al siguiente se aparto de mí. Él dijo que lo
sentía, realmente lo sentía, y parecía que iba a vomitar. No puedo decirles cuan
sexy me sentía después de eso. Recuerdo que abroche mi camisa, me temblaban
las manos y le hice una pregunta en la cual yo había estado pensando durante un
tiempo, la cual yo estaba segura que ya sabía la respuesta.
"¿Eres gay?" Le susurró.
Esperaba que me dijera que sí. Tenía todo esto planeado, entonces luego de
contestarme el se pondría a llorar y le diría que me gustaría ser su apoyo cuando
las personas en la escuela hablarían sobre ESO
Pero en lugar de decir que sí, PABLO dijo, "¿Qué?" Como si nunca el hubiera
escuchado la palabra gay antes, y entonces fue ahí que me enteré de la verdad.
El religioso PABLO. Quiero decir, yo ya sabía que iba a la iglesia,
Me dijo que él quería vivir en forma correcta, y que era difícil, pero
pensaba que valía la pena.
Cuando llego al salón de Historia del Mundo estaba completamente lleno, miro
alrededor, esperando ver al menos una cara conocida. No, no-espera. Si. En un
rincón lejano esta DANIELA. Realmente me sorprende verla. DANI es una de esas
personas que siempre obtiene un A en todo, pero luego recordé que ella estaba en
música conmigo el año pasado.
NICOLA EL PROFESOR luce como si tuviera ochenta, no bromeo, pero al menos tiene unos veinte
añoS
.
―Nos sentaremos en orden alfabético,
―DALMAU GASTON
Mi lapicero se deslizo a través de la pagina de mi cuaderno, haciendo una línea
por mi sobresalto, miro al escritorio al otro lado del mío hacia la persona que se
esta deslizando en el.
DALMAU GASTON.
El se sienta desgarbadamente, con sus pies extendidos frente a el. Su cabello es
un poco largo, cayendo hacia delante sobre sus ojos y puedo ver una
larga mancha de color negro subiendo por el lado de uno de sus brazo AL principio creí que era un tatuaje, pero luego me di cuenta que era la suciedad de
grasa o algo parecido. Había un parche de grasa en sus jeans, también. Sus
manos, descansan en el escritorio, están rojas, sus nudillos están algo raspados,
en carne viva y sus uñas han sido mordidas rápidamente.
Y entonces el levanta la vista, mirándome fijamente y yo apresuradamente aparte
la mirada, mi estomago se retorció.
No había visto o pensado acerca de GASTON en años, pero repentinamente
el estaba aquí, sentado justo al otro lado de mi.
Mi papa trabaja en el desarrollo inmobiliario. Y SALIA CON
Mary, a quien papa conoció el verano cuando yo tenía ocho
años. Yo había ido a campamentos desde que deje la escuela y recuerdo mi
felicidad por regresar a casa. Había estado preocupada de que algo le pasara a
papa o que el no pudiera ir a recogerme, pero el lo hizo e incluso dijo que tenia
una sorpresa para mi. ―Estas lista?‖ el me había preguntado, y cuando asentí el
dijo, ―Vamos a ser una familia de nuevo!‖
Por un segundo- un loco y estúpido segundo- yo creí que se refería a que mama
había vuelto. Que había decidido que nos extrañaba, que pensó en mi papa y en
mi y que quería estar con nosotros. Pero entonces papa dijo, ―Su nombre es Mary
y ROCIO, tu la vas a amar,‖ y ese fue el final de la discusión.
. ―Ella tiene un hijo, y
el vivirá con nosotros también!‖ Dijo, como si me hubiera comprado un pony y yo
solo rompí en lágrimas justo cuando la puerta principal se abrió.
Así fue cuando conocí a GASTON
El y Mary salieron de la casa cogidos de la mano; Mary tenia una brillante y gran
sonrisa y GASTON estaba parado con su solemne rostro, mirando el carro. Yo todavía
seguía llorando. Papa los saludo y me dijo, ―Vamos, cariño, no llores. Vamos a ser
una gran familia feliz!‖- Elizabeth Scott
No creo que necesite contarles como eso nunca ocurrió.
Hicimos todo tipo de cosas juntos; viajes
al parque, al centro comercial, incluso a la tienda de abarrotes y las primeras
pequeñas peleas ella y mi papa lo tomaban sin mucha importancia. Luego ellos
comenzaban a decir con voces muy-alegres, ―Bien, hablaremos de eso mas
tarde.‖ Hablarlo mas tarde, generalmente terminaba en gritos marcados por
helados silencios que duraban días.
GASTON y yo nos evitábamos las primeras semanas, solo conversábamos entre
dientes cuando era la hora de la cena. Pero luego una noche papa dijo, ―ROCIO,
cariño, puedes pasarle los panecillos a GASTON? El no comió uno. Y GASTON dijo. ―Dije
que no quiero ninguno,‖ al mismo tiempo yo dije, ― El ya dijo que no quería,‖ y
después de eso comenzamos a llevarnos bien.
Para el tiempo en que las cosas entre papa y Mary salieron estuvieron realmente
mal, yo ya sabía que el libro favorito de GASTON era el mismo que el mío, El Leon, La
Bruja y El Ropero, sabia que odiaba la kola pero amaba la cherry kola, sabia que
su padre había muerto en un accidente automovilístico cuando el tenia cuatro
años. El sabia que yo comería helado de chocolate en cada comida si pudiera,
que odiaba las abejas y que mi madre se había ido y no había llamado ni escrito o
algo parecido. Ni siquiera una tarjeta en mi cumpleaños.
Éramos amigos. Puedo incluso recordar la forma en la que el me miraba mientras
estaba hablando, como si lo que estuviera diciendo fuera interesante. Ni siquiera
Mary hacia eso. Caray, ni siquiera mi papa hacia eso- y el todavía no lo hace.
Recuerdo como GASTON lloro la vez que encontramos un nido de pájaros en el patio,
el cuerpo de la mama de los pajaritos estaba en el suelo, magullada por un gato
el trato de salvar los huevos. Ellos nunca rompieron el cascaron. Y cuando yo me
caí de mi bicicleta mientras manejaba dando perezosos círculos alrededor del
camino de acceso a la casa, escuchando a papa y a Mary hablar intranquilamente
parados en una ventana abierta, el me ayudo a entrar, cogio los vendajes y se
culpo cuando Mary quiso saber quien había volcado la bicicleta en el arbusto que
ella había acabado de plantar.
También peleamos, no me malinterpretes. El acaparaba el computador y me
acusaba de que siempre elegía malos programas de televisión para ver. Yo le
gastaba bromas acerca de su cabello- era como el de las niñas, verdaderamente
brillante y muy suave- pero yo secretamente deseaba que mi cabello fuera igual,
así así de lindo. Nunca decía eso, por supuesto. El me gastaba
bromas acerca de mis ojos, los cuales son, tengo que admitirlo, un poco extraños..
Pero después de cada pelea que teníamos, uno de nosotros siempre decía que lo
sentía. Siempre. Papa y Mary nunca lo hicieron.
Al final ellos no duraron mucho.
. El cumpleaños de GASTON era un mes después, el día en que él y Mary se
fueron. Recuerdo que estaba marcado en el calendario de nuestra cocina. Ella
había empacado todas sus cosas en cajas y papa grito que seria mejor que no se
perdiera nada. La cara de Mary se puso colorada y lo miro como si él le hubiera
pegado. GASTON grito, ―Cállate! No le hables a mi mama de esa manera!‖ y luego
salió corriendo de la habitación fuera de la casa. Yo mire por la ventana y lo vi
sentado en el carro de Mary.
Fui hacia el pasillo y todas las cosas de el también estaban en cajas: los zapatos
que mi papa le había insistido a GASTON a comprar la semana en la que estaba
tratando de impresionar a Mary con lo generoso que era (y para reconciliarse poR
llegar muy tarde cada noche), la camisa blanca que el tuvo que ponerse cuando
fuimos a tomarnos la foto ―familiar‖.
La foto todavía estaba en la sala, esperando a ser enmarcada y colgada. La
gritería se hizo más fuerte y Mary estaba llorando. Subí a mi habitación y cogí los
libros de Narnia que mi papa me había dado de cumpleaños, una caja de fantasía
de lujo que GASTON había mirado nostálgicamente cuando la abrí. Baje las escaleras
y los metí en la parte trasera de una de las cajas de GASTON, luego subí las escaleras
corriendo.
Cuando mire por la ventana de nuevo, Mary iba en su carro por el camino de
acceso a toda prisa, parando solo para quitar el buzón antes de que seguir por la
carretera. Sus llantas dejaron marcas negras en la calle. Estuvieron ahí por un
largo tiempo.
No había visto a GASTON desde ese día. Una vez le pregunte a mi papa acerca de el,
unos pocos meses después de que él y Mary se fueron, y me dijo, ―Quien?‖ luego,
―Oh, si. GASTON. El esta bien, cariño. Perfectamente bien.‖ No era para mi extraño
que un adulto mintiera, pero el hecho de que papa pudiera olvidar a alguien que el
había reclamado como familia hace solo en unos meses me hizo sentir horrible.
Asustada. Así que no volví a preguntar por GASTON de nuevo.
Yo averigüe lo que ocurrió. Mary se mudo a Florida-
pero esa es otra historia y ni siquiera puedo recordarla
porque miro A GASTON de nuevo y el esta mirándome fijamente. Tiene unos ojos
realmente oscuros. Luce como si nunca sonriera. Meto mi lapicero entre mi
cuaderno y trato de escuchar a Axel hablando acerca de los Persas.
Estoy tan aliviada cuando la clase se termina que puedo prácticamente correr
fuera del salón y por el pasillo hacia la práctica de la banda de jazz, agradecida
por ser distraída del shock de ver a GASTON nuevamente y de cómo me sentí cuando
lo miraba. En mi mente él siempre se vio de la forma en que lo hacía cuando tenía
ocho, cabello totalmente brillante y con rápidas sonrisas para Mary, para
mí, y a veces incluso para mi papá. Pero ahora-pienso en sus manos de nuevo,
sus uñas mordidas tan adentro que debe doler, y la forma en que se veía como si
no supiera lo que era una sonrisa.
―ROCIO, ¿has el solo por favor?‖ Lo hago, pero mis manos son torpes, mi mente
aun distraída, y él sólo asiente hacia mi cuando finalizo y nos pone a todos a
repasar la primera canción nuevamente.
Nos deja ir quince minutos antes LALI no estará afuera todavía, así que no hay necesidad de apurarme Cuando terminé, como unas mentas y voy al cuarto de baño. Lavo mis manos y
me quedo de pie, mirando, como corre el agua por ellas. Las manos de GASTON eran
rojas, sus nudillos en carne viva, como si hubiera estado en una pelea. Cierro el
agua y seco mis manos con cuidado.
―¿ROCIO?‖
Me doy cuenta que alguien está diciendo mi nombre y me vuelvo para ver a DANIELA
mirándome con curiosidad.
―¿Estás bien?‖
Asiento.
―¿Estás segura? Luces…no lo sé. Un poco perdida ó algo.‖
―Estoy bien,‖ digo con dureza, más duro de lo que quiero, y dice, ―Okay,‖ con
su cara ruborizándose.
―Lamento--,‖ digo, pero es demasiado tarde y ella ya salió por la puerta. Suspiro y
me dirijo fuera.
Ninguna LALI. Chequeo mi reloj: 5:02. Mirando los alrededores del
estacionamiento, no veo su auto en ningún lado. Diablos. Ella no se ha olvidado
de mí—
Pienso acerca de hacer la tarea, pero decido lo contrario. Es lo suficientemente
malo tener que sentarme a esperar a LALI, quien sin duda me conducirá a mi
casa con una enorme sonrisa en su cara y me contará todo acerca del grandioso
sexo que ella y PETER acaban de tener.
Tendré que asentir y actuar como si fuera igual para mi porque la única vez que
me preguntó acerca de mi y PABLO, no tuve la fuerza para decir que no
estábamos haciendo lo que todo el mundo asumía que hacíamos. Para ser
honesta, ni siquiera puedo imaginar a PABLO y yo teniendo sexo. Aunque…cierro
mis ojos, pienso en las manos de PABLO sobre mi cuerpo, agarrando mis tobillos,
deslizándose hacia arriba por mis piernas, haciendo círculos en mis rodillas.
Pienso acerca de cómo bajaría la mirada y vería sus manos, sentiría la aspereza
de sus nudillos partidos cuando gire sus dedos para trazar—espera. PABLO no tiene
nudillos partidos. Maldita sea. Siento mi rostro arder en rojo brillante y, menuda
suerte,
Suspiro y abro mi mochila. Ya tengo un grupo de tareas.
lecturas para
hacer, y probablemente hablarlas mañana y estaré atascada sentada allí con GASTON
al otro lado de mí.
¿GASTON de nuevo? ¿Qué está mal conmigo?
Miro mi reloj nuevamente: 5:23. Suspiro. Estoy hambrienta, cansada, y quiero ir a
casa. Puedo sacar mi libro de nuevo ó, aun mejor, llamar a LALI y averiguar
dónde diablos está.
Mientras que estoy revolviendo mi bolso por mi teléfono y esperando haber
recordado en realidad cargarlo, me doy cuenta que un auto está detenido al final
de la vereda y la persona dentro me está mirando. Escucho el ronroneo de la
ventana del acompañante bajando. GASTON.
Su cabello luce atenuada luz, y sus ojos, observándome, parecen
sr aún más oscuros. No está sonriendo.
―¿Quieres un aventón?‖ dice. Su voz es muy tranquila. No suena para nada como
lo recuerdo. Mary lo llamaba a veces ―charlatán‖ porque ella decía que él hablaba
tanto.
―Yo--‖ digo, y miro alrededor, insegura. Si hay un modo de manejar el mirar a una
persona que te hace sentir medio como mareada y extraña cuando la ves, de
seguro yo no lo conocía.
―No importa‖, dice, con la voz mordaz y desalentada al mismo tiempo, y la ventana
del acompañante empieza a subir nuevamente, su cara desapareciendo.
―espera,‖ digo, y me pongo de pie. Camino por la vereda. Cuando llego por fin a su
auto, no se que hacer con mi bolso ó la caja de mi clarinete, y termino en cierto
modo tropezando/cayendo en el asiento. Siento mi cara en llamas rojas cuando mi
cabeza golpea contra el hombro de GASTON.
―Perdón,‖ susurro, y me arreglo lo mejor que puedo, el estuche del clarinete junto a
mis pies y el bolso en mi regazo, como si fuera alguna clase de cubierta. Él
enciende el auto y yo estoy muy contenta, temerosa que el rápido sonido sordo de
mi corazón fuera audible antes.
Él no dice nada. Ni mientras dejamos la escuela, ni cuando estamos entrando en
la calle principal. Le echo un vistazo cuando estamos detenidos en la luz de tráfico
que alimenta sobre el camino casi todas las subdivisiones, y él me está mirando.
Nuestros ojos se encuentran por un segundo, y él aparta la mirada rápidamente.
Me siento extraña, completamente incapaz de enfocarme en nada salvo el hecho
de que estamos sentados muy cerca.
―Um, vivo--‖ digo, con mi voz saliendo temblorosa, con duda.
―En el mismo lugar que…¿que antes?‖ dice.
Todo lo que puedo controlar es un asentimiento. Me siento como lo hice la única
vez que casi me desmayé. Hubo un momento, justo antes de que mi visión se
estrechara y me dijeran que me sentara, cuando todo parecía estar demasiado
iluminado y brillante, como si estuviera viendo algo escondido de la forma en que
había sido siempre, como si lo que conocía como real fuera simplemente una
sombra de lo que era en realidad.
No recuerdo el resto del viaje, no en realidad. Recuerdo pensar que debía decir
algo, pero en lugar de eso vi sus manos en el volante y me quedé mirándolas
fijamente, mirando fijamente sus nudillos. Recuerdo sentirme recuperar el aliento
cuando pensé en el sueño despierto que había tenido acerca DE PABLO y cómo no
era acerca de PABLO en absoluto.
Recuerdo que cuando me vio mirando, dobló sus dedos, escondiendo sus uñas de
mi vista. Recuerdo que su pierna izquierda golpeteaba cuando estábamos
detenidos en una parada de cuatro vías, temblando con un ritmo inquieto.
Recuerdo que cuando entramos en mi calle él dejo escapar un jadeo, como si
alguien lo hubiera golpeado, y dijo, en voz tan baja que no creo que se suponía
que yo lo escuchara, ―Se ve igual.‖
Recuerdo que se detuvo en el final de mi camino de entrada, y me quedé sentada
allí por un segundo antes de darme cuenta que no iba a ir más lejos, que no iba a
conducir hasta la casa. Recuerdo que me volví una vez que estuve fuera del
coche, tocando torpemente mi bolso y el estuche de mi clarinete. Él me estaba
observando nuevamente, y esta vez cuando nuestros ojos se encontraron, no
apartó la vista.
Quise decir, ―Gracias‖, cortésmente, tal vez hasta suntuosamente, como si todo el
asunto no fuera gran cosa, pero lo que me salió fue su nombre.
―GASTON_‖, dije, y ambos nos movimos nerviosamente con eso, como si hubiera una
corriente viva corriendo entre nosotros.
―Me tengo que ir,‖ dijo, y se inclinó hacia delante y cerró la puerta. No miré hacia
atrás para verlo partir, pero lo escuché, el rugido de su coche desvaneciéndose
mientras desaparecía por el camino.

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