GASTON
Estoy sentado en clase de matemáticas cuando el guardia de seguridad llama a la puerta y le dice al profe que tengo que acompañarlo fuera de clase.
El guardia de seguridad señala el suelo del gimnasio, donde alguien ha pintado con spray una triste réplica del símbolo de LA PANDILLA.
pasa la profesora de quimica
- ¿Cuál es el problema? -interviene.
- Vandalismo. En las pistas de baloncesto.
Abro mi taquilla y doy un paso atrás para que los guardias la inspeccionen.
- Aja -suelta uno de los guardias, metiendo la mano en la taquilla y sacando una lata vacía de spray negro de la estantería superior. Me la entrega y añade- : ¿Sigues pensando en proclamar tu inocencia?
- Me la han jugado -señalo, y me vuelvo hacia la profesora., quien me mira como si acabara de cargarme a su gato-. Yo no he sido,. Tiene que creerme -le imploro. Ya me veo metido en prisión por algo que ha hecho otro idiota.
- gaston, las pruebas hablan por sí solas. Me gustaría creerte, pero es muy difícil -explica, negando con la cabeza.
- El símbolo no está bien hecho -digo, mostrándole el tatuaje del antebrazo-. Este es el símbolo
- ¿Dónde está el director? -les pregunta mi profesora a los guardias.
- Está reunido con el superintendente. Su secretaria dice que no quiere que le molesten.
- Tengo clase en quince minutos., intenta contactar con el director por el comunicador.
gaston es mi estudiante, y te aseguro que hoy no puede perderse mi clase.
Dos minutos más tarde, aparece el director con una expresión ceñuda en el rostro.
- Maldita sea, gaston. Tú otra vez, no -suelta, poniéndose rígido.
- No he sido yo -le digo.
- Entonces, ¿quién?
Me encojo de hombros.
- Director gaston dice la verdad -interviene la profesora-. Puede despedirme si me equivoco.
--averigua lo que puede hacerse para limpiar esa cosa -dice, y señalándome con la lata de spray, añade-: Pero te lo advierto, gaston. Si me entero de que has sido tú, no te expulsaré, haré que te arresten. ¿Queda claro?
- gaston, no te he dicho esto antes, pero lo hago ahora. Cuando estaba en el instituto, pensaba que el mundo estaba en mi contra. No era muy distinto a ti, ¿sabes? Tardé mucho en darme cuenta de que yo era mi peor enemigo. Cuando lo hice, me cambió la vida. Ni la profesora ni yo somos el enemigo.
- Lo sé -admito, y en realidad, sé que es así.
- Bien. Resulta que ahora estoy en medio de una reunión importante, así que si me disculpáis, estaré en mi despacho.
- Gracias por creerme -le digo a la profesora. una vez se ha marchado el director.
- ¿Sabes quién ha pintarrajeado el suelo del gimnasio? -insiste.
La miro directamente a los ojos y le digo la verdad.
- No tengo ni idea, aunque estoy completamente seguro de que no ha sido ninguno de mis amigos.
- Si no fueras un pandillero gaston, no te meterías en estos berenjenales. -Y suspira.
- Sí, pero seguro que me metería en otros.

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